Un pequeño grupo de militantes priistas tiene la peregrina idea de que su partido podría aceptar una consulta a la base para la selección de su candidato presidencial para 2018.

 

No es un grupo muy representativo del tricolor; la cabeza más visible es la de la ex gobernadora Ivonne Ortega, que fue secretaria general del partido y es diputada federal con licencia, seguida por otros militantes del PRI sin mucho cartel.

 

Si el PRI fuera equipo de fútbol, digamos pues que los rebeldes serían el equipo C.

 

Pero hacen ruido, en un momento en el que el PRI desea mostrar a todo el mundo que están más unidos que nunca, tanto para defender sus triunfos en las elecciones pasadas como para llegar sin sobresaltos a la XXII Asamblea Nacional.

 

Es muy poco probable que desde Los Pinos den luz verde a un procedimiento que deje fuera del control presidencial la elección de su candidato para 2018.

 

Más aún cuando lo que permea en los trabajos previos a la Asamblea del 12 de agosto, es la orden de eliminar los candados establecidos para cerrar el paso a los tecnócratas, en los tiempos de Ernesto Zedillo.

 

Dichos candados son haber ocupado un cargo de elección popular –desde presidente municipal a gobernador– y tener una militancia comprobada de cuando menos cinco años.

 

La eliminación de los candados dejaría en posibilidad al gran dedo elector de ampliar su gama de posibilidades, que podría ser hasta un independiente, es decir, un simpatizante del PRI sin cargos o sin militancia.

 

Vamos a ver qué tanto ruido hacen la yucateca y su clan para incidir en una Asamblea en la que se ve todo muy planchado.

 

 

Por cierto, el líder del tricolor, Enrique Ochoa Reza, anunció que su partido impugnará ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el acuerdo del pleno del INE que establece que el candidato del PRI en Coahuila, Miguel Riquelme, rebasó el tope de campaña.

 

El pleno del INE aprobó un dictamen que establece que Riquelme rebasó por 600,000 pesos el tope fijado en 19.2 millones de pesos, es decir, 7.8%, número suficiente para que el Tribunal anule la elección.

 

Se esperaba este anuncio después de que el propio Ochoa Reza había advertido que su partido no tomaría la prórroga de 24 horas ofrecida por el INE para que los partidos presentaran argumentos a su favor después de la decisión del pleno.

 

Efectivamente el PRI ya no recurrió el acuerdo, sino que pasará directamente al Tribunal a defender lo que dice, fue un triunfo legal.

 

 

Con todo y los amagos de la Sección 22 de la CNTE, la fiesta anual de la Guelaguetza se ha podido realizar sin sobresaltos en Oaxaca.

 

La celebración estuvo precedida por un bloqueo en la capital, que impidió el paso de los camiones recolectores de basura generando un problema sanitario que está por resolverse.

 

Lo interesante del caso es que ni con las amenazas de la CNTE ni de otras organizaciones presuntamente ciudadanas, los oaxaqueños se privan de su fiesta anual.

 

caem