Quién iba a pensar que después de conocer el dato de crecimiento de la economía mexicana del segundo trimestre del año y que posteriormente la SHCP estaría modificando a la baja el crecimiento para todo 2016 a un rango de 2.0 a 2.6%, el día de ayer las calificadoras, primero Moody’s y posteriormente S&P, bajaron la perspectiva primero del sector bancario en el caso de Moody’s y de la deuda crediticia de México en el caso del S&P ante un aumento  de la deuda gubernamental.
 
¿Qué significa esto en el contexto actual de la economía mexicana y de los propios mercados financieros, Bolsa, tasas de interés y tipo de cambio?
 
Cuando se habla de una perspectiva que pasó de “estable” a “negativa” significa un foco amarillo que tiene una probabilidad de 33% de que en un tiempo entre seis y hasta 24 meses se pudiera ajustar a la baja la calificación.
 
Actualmente la calificación es de BBB+, que significa que México tiene una adecuada capacidad crediticia y aún se ubica tres escalones por arriba del grado especulativo. Poseen un riesgo crediticio moderado, por lo que puedan presentar ciertas características especulativas, pero con una probabilidad baja de incumplimiento.
 
Es lógico que la percepción de los mercados sea de “precaución” y por eso se registraron en la jornada de ayer movimientos de alza en el mercado secundario de varios puntos base a lo largo de la curva en las tasas de interés; el peso mexicano registró una sesión de depreciación hacia niveles de 18.53, una pérdida de 1.3%, al igual que el mercado accionario, que necesitaba un “pretexto” para tomar una muy sana consolidación y terminó con una baja de 1.3%.
 
Como vemos, el sentimiento del mercado y los tiempos de ejecución de las calificadoras son muy diferentes. Sin embargo, es probable que tengamos que ver una reacción rápida por parte de nuestras autoridades financieras, que observemos “mucho más trabajo” por parte de la Secretaría de Hacienda en el recorte al gasto público, de cuidar las variables de Deuda/PIB, déficit fiscal más controlado y menos riesgoso, el gasto corriente, gasto neto, entre otros, y el propio subsecretario, el doctor Aportela, se comprometió a dar a conocer junto con otros indicadores (12 en total) mes a mes.
 
Por el lado del Banxico, el uso de una política monetaria que al final genere “estabilidad” en el balance de riesgos entre inflación y crecimiento cuidando de manera muy exhaustiva la tenencia de extranjeros y el tipo de cambio. La curva de tasas de interés domésticas se presionó un poco y estará sensible al alza, el peso mexicano tendrá una prueba técnica hacia la zona de 18.57 a 18.73. Arriba de este nivel, la volatilidad aumentará de nuevo con el riesgo de que la Fed mueva la tasa de interés dentro del último cuatrimestre del año.
 
Mientras no veamos que el crecimiento en la tenencia de extranjeros en la parte de bonos sea “negativo”, el riesgo está “controlado”. Pero en caso de mostrarse “negativo”, ¡cuidado! Vendrán tiempos de mayor control monetario con tasas de interés al alza.
 
Por todo esto, la tarea para el Gobierno federal y el Banxico se intensifica y se requiere de mucha disciplina para sacarla adelante.
 
Hoy, las calificadoras nos están poniendo a prueba dentro de un entorno internacional complicado.