Para nadie es un secreto la corrupción escandalosa que priva en las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal. Mordidas a cambio de permisos, sobornos para cambios de usos de suelo, registro de vehículos con documentos falsos, cobros ilegales a negocios de todo tipo so pena de clausura, pagos por instalación de giros negros y más mordidas por el funcionamiento de antros y bares irregulares y sin seguridad, por mencionar apenas unos casos, son parte del catálogo de la infinita corrupción que prolifera en las demarcaciones capitalinas.

 

Las prácticas que alguna vez creó el PRI, cuando gobernaba esta ciudad por mandato presidencial, no sólo se mantuvieron, sino que se multiplicaron y perfeccionaron con las sucesivas administraciones del PRD que “democráticamente” ha institucionalizado la corrupción, como una práctica “natural” en los gobiernos delegacionales, que se reparten y pelean las tribus perredistas como auténticos “botines” en los que saben que la maquinaria del soborno, la mordida y la extorsión puede dejar mucho dinero si se administra adecuadamente.

 

El nuevo caso del delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo, no sorprende a nadie porque es apenas una confirmación de lo que cualquier constructor de medio pelo confiaría “en corto” sobre la realización de obras o la construcción de edificios o inmuebles en casi todas las delegaciones. Fue así como Carlos Ahumada construyó aquel emporio financiero que llegó a crecer tanto con el entramado de corrupción en las delegaciones que le alcanzó para ambicionar un proyecto presidencial al lado de la hoy secretaria del gabinete Rosario Robles.

 

Toledo, con todo su cinismo -ahora dice que demandará porque lo “hackearon”- no es sino la constatación de lo que sabemos y vivimos todos los días los habitantes del DF. Que no hay casi ningún permiso, autorización, trámite, solicitud o cualquier otro contacto con el gobierno de las delegaciones que no vaya acompañado de prácticas corruptas, sobre todo cuando se habla del sector de la construcción y de los giros comerciales.

 

Ni Cuauhtémoc Cárdenas, por supuesto menos Rosario Robles, ni Andrés Manuel López Obrador -que actuó contra Ahumada más por motivos políticos que por la corrupción-, y tampoco Marcelo Ebrard, se decidieron a enfrentar los entramados de corrupción que proliferan en varias delegaciones políticas de la ciudad, por no decir que en todas, en buena medida porque esta maquinaria está ligada a los grupos que controlan el voto perredista y los grupos de presión social en la capital.

 

Ayer Miguel Ángel Mancera se refirió al caso Toledo y dijo que “lo que tiene que hacerse ahora y lo que marca la ley es agotar la investigación (de la presunta extorsión que habría cometido el delegado) en todos y cada uno de sus términos, eso es lo que vamos a hacer”. Justo Mancera presidió ayer un acto sobre la transparencia en su gobierno y afirmaba que será “intransigente con ese tema” y que no permitirá prácticas que promuevan la impunidad.

 

Esta es la oportunidad de Miguel Ángel Mancera de mostrar si él sí tendrá los tamaños para enfrentar a las mafias de la corrupción que operan en las delegaciones de la ciudad que gobierna. La decisión no es sólo asunto de leyes, como el menciona, sino también de voluntad política, pues ahí radica la fuerza de esos grupos de chantaje político que se enriquecen a costas de la industria del soborno.

 

NOTAS INDISCRETAS… El mensaje de la detención sorpresiva de Elba Esther Gordillo está en el discurso del secretario Emilio Chuayffet el lunes en la promulgación de la reforma educativa: “Frente a los vientos de la transparencia y de la calidad que inspira la reforma, hay quienes izan, por intereses particulares, las banderas de la confusión”. Ahí, en presencia del presidente Peña Nieto, Chuayffet adelantaba lo que ayer por la tarde era llamado en los medios como “el Quinazo de Peña”, comparando la detención de Gordillo con la de Joaquín Hernández Galicia La Quina, ejecutada por el gobierno de Carlos Salinas en 1988 al llegar al poder. Sólo que aquí no hubo “muertito” y sí en cambio investigaciones de inteligencia financiera de varios meses, al parecer que comenzaron desde el sexenio calderonista, y que documentan un presunto desvío de dos mil millones de pesos de personajes ligados a la lideresa magisterial a cuentas y pagos personales. Peña va en serio con el asunto de sus reformas y algunos ya veían un mensaje anoche directo y claro para el líder petrolero Carlos Romero Deschamps… Doble Serpiente de los dados. Caída libre.