Entre los años 2003 y 2005, Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, entonces tercero en la línea de mando del Cártel del Golfo, operó el pago de millones de dólares al entonces gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, a cambio de que facilitara las operaciones ilícitas del grupo y removiera a jefes policíacos “incómodos”.

 

Investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), apoyadas en dos testigos colaboradores, señalan que El Coss, actualmente bajo arraigo, coordinó más de una decena de pagos en efectivo a “contactos” del mandatario por instrucciones de Osiel Cárdenas Guillén, en ese momento preso en el penal de máxima seguridad de La Palma (ahora Altiplano), en el Estado de México.

 

Autoridades de la dependencia indicaron a 24 HORAS que los testimonios, asentados en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/012/2009, corresponden a un ex integrante del grupo delictivo y a un ex servidor público de la entidad, quienes actualmente se encuentran bajo resguardo de autoridades federales en Estados Unidos.

 

Los señalamientos, tomados por separado a través de los agregados consulares de la PGR, coinciden en señalar que algunos de los pagos llegaron a alcanzar hasta los 500 mil dólares y que el contacto con los narcotraficantes era a través de personas cercanas a Jorge Max Castillo Treviño, procurador de justicia en el gobierno de Yarrington.

 

El padrino del Golfo

 

La colaboración entre el Cártel del Golfo y Tomás Yarrington, según las líneas de investigación ministerial, permitió a la organización delictiva fortalecer su operación en la entidad, ya que además de que se facilitó el trasiego de los estupefacientes hacia los Estados Unidos se lavaron las ganancias ilícitas a través de una red de empresarios y prestanombres.

 

Cárdenas Guillén fue el responsable directo de coordinar los sobornos dirigidos a los más altos niveles del gobierno estatal, hasta su captura en 2003 por elementos del Ejército Mexicano.

 

Una vez en prisión, el entonces jefe del Cártel del Golfo delegó el trabajo de operar los pagos a la gente de Yarrington a través de su lugarteniente Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, y del jefe de Los Zetas (entonces brazo armado de la organización) Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca.

 

Sin embargo, los testigos señalaron que los contactos del gobernador preferían negociar con El Coss, quien se manejaba con un perfil más bajo y de forma menos violenta que el líder de Los Zetas.

 

Los sobornos siempre fueron pagados en dólares y en billetes de alta denominación.

 

Los favores recibidos

 

Fue gracias a esos sobornos que, por ejemplo, el entonces procurador Castillo Treviño, siguiendo instrucciones de Yarrington, abrió una investigación penal en contra del ex alcalde de Reynosa, Luis Higareda Adam, quien se vio obligado a renunciar al cargo y huyó a los Estados Unidos.

 

Los testigos señalan que, en realidad, Higareda había emprendido acciones para combatir el tráfico de narcóticos que chocaban con los intereses del Cártel del Golfo. Su relevo en la alcaldía fue Humberto Valdez Richaud, quien también es investigado por supuestos nexos con la delincuencia organizada.

 

Otra de las acciones que emprendió el gobierno del estado por instrucciones de El Coss fue la rotación de jefes policíacos estatales de la llamada Frontera Chica, para colocar a otros que ya estaban coludidos con la organización delictiva.

 

Incluso, los señalamientos refieren que algunos de los sobornos que se pagaron en 2005 estaban destinados a financiar la precampaña de Yarrington por la candidatura a la presidencia del PRI. La idea era que igual que ocurrió en el estado, una eventual presidencia del ex gobernador favorecería la expansión nacional del Cártel del Golfo.

 

La semana pasada, Costilla Sánchez, quien se desempeñaba como líder del cártel, fue detenido por la Marina en Tampico, Tamaulipas, y trasladado a la SIEDO, donde se negó a dar cualquier detalle de su actividad delictiva. El lunes de esta semana, un juez federal concedió una orden de arraigo en su contra por 40 días.

 

Durante el desarrollo de la medida cautelar, la PGR espera obtener nueva información que fortalezcan las distintas averiguaciones en las que está vinculado el El Coss, entre ellas la de los sobornos y complicidades con el gobierno de Tamaulipas.

 

Tomás Yarington cuenta actualmente con una orden de aprehensión vigente por delitos contra la salud y es buscado por la Interpol en más de 150 países.