La bella post Época. Mientras en el viejo mundo Mussolini y Hitler repetían los horrores de la gran Guerra, México se convertía en un campo fértil para todos aquellos que tuvieran la oportunidad de migrar al nuevo mundo.

 

El país de repente se vio rodeado de un gran número de artistas extranjeros, que sumados a los nacionales dieron origen a una nueva era donde el arte tenía un papel importante, no sólo en temas culturales sino también en cuestiones políticas y sociales.

 

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Para la burguesía mexicana de los años 30, el arte que valía la pena comprar eran los paisajes europeos y poco les importaba el arte de Siqueiros, Rivera, Orozco y mucho menos Frida Kahlo; a pesar de que muchos de estos ya eran artistas reconocidos. Este panorama da como resultado la gestación de nuevos proyectos que pretendían ser las primeras galerías de arte en la Ciudad de México. De ellos se destacan dos, los cuales se podría decir que fueron los pioneros del concepto moderno de Galería de arte, visto como un lugar no solo para su exhibición sino también para su compra-venta.

 

Estos proyectos fueron Galería de Arte Mexicano de Carolina e Inés Amor, y Galería Misrachi de Alberto Misrachi. La dos galerías, impulsadas por la pasión que tenían sus creadores por el arte, promovían las nuevas tendencias que el siglo XX traía consigo, y promovían artistas como Diego Rivera, Siqueiros, Dr. Atl, Carlos Mérida, José Clemente Orozco, Remedios Varo, Miguel Covarrubias, Rufino Tamayo, Frida Kahlo entre muchos más.

 

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Galería de Arte Mexicano

 

Fue fundada 1935 en el sótano de una casona porfiriana en la calle de Abraham González número 66, en la colonia Juárez. Carolina Amor abrió las puertas de lo que sería la primer galería de arte en México, con cuadros de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Dr. Atl, Angelina Beloff, Rufino Tamayo, José Clemente Orozco, entre otros, que confiaron sus obras a esta importante editora y escritora mexicana.

 

Con solo 4 meses de haber inaugurado la galería, Carolina la donó a su hermana Inés Amor, quien fue la responsable de crear no solo una galería sino un punto de encuentro donde se discutía y gestionaba el nuevo arte mexicano. Inés Amor entonces se convirtió en una de las primeras marchantes, brokers y mecenas del arte mexicano.

 

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Al entrar en la galería uno podía encontrar el cuadro de las dos Fridas, que para ese entonces no era tan venerado. Además, contando con un poco de suerte, podías tener la gran sorpresa de encontrate con Frida Kahlo en persona.

 

La Galería de Arte Mexicano fue una ventana al mundo, gran parte de las obras expuestas allí se convirtieron años después en las obras maestras del arte mexicano.

 

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Central de Publicaciones y Galería Misrachi

 

Este establecimiento se fundó en 1937 por Alberto Misrachi, el cual decidió también usar un sótano como galería, solo que este estaba ubicado en el edificio de La Compañía Nacional de Seguros, que en su momento fue el edificio más alto en México.

 

Al estilo Art Déco y justo enfrente del Palacio de Bellas Artes, la Galería Misrachi ofrecía a sus visitantes libros de arte e historia provenientes de Europa y revistas extranjeras como TIME. En sus paredes se podían encontrar obras de artistas mexicanos y extranjeros que dejaban las piezas a consignación o que el mismo Misrachi había adquirido en uno de sus viajes.

 

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Alberto Misrachi de origen griego, llegó a la ciudad de México en 1917, y para sobrevivir vendía de puerta en puerta revistas de moda francesas que le mandaban de París. Este negocio prosperó, y en 1933 abrió una librería donde acudían intelectuales de la época así como la burguesía. Alentado por ellos es como decide posteriormente convertirla en galería y ser promotor de los artistas.

 

Durante mucho tiempo fue el contador y marchante de Frida Kahlo así como el primer corredor de arte de Diego Rivera. Al igual que Inés, Alberto fue uno de los mecenas más importantes de su tiempo y gracias a ellos la obra de los artistas mexicanos tuvo la oportunidad de mostrarse al mundo.

 

Las dos galerías siguen vigentes hasta el día de hoy y representan uno de los archivos más importantes del arte moderno de México.