Estrenada en Budapest, Hungría, en 1918, “El castillo de Barbazul”, ópera en un acto del compositor húngaro Béla Bartók (1881-1945), con libreto de Béla Bazáls, ofrecerá funciones el próximo fin de semana en la Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico, en el sur de la capital mexicana.

 

 

En el montaje participan Dhyana Arom y Enrique Ángeles; Alejandro Miyaki estará al piano y Ashari Martínez en las percusiones, bajo la dirección de Yoali Daniela Serrano. Las funciones son viernes a las 20:00 horas y sábado y domingo a las 18:30.

 

 

De acuerdo con el programa del espectáculo, el mito de Barbazul fue materializado en la literatura por primera vez por Charles Perrault en 1697, centrada en uno de los personajes más oscuros y malditos de la historia de Francia: el barón Guilles de Rais, quien luchó al lado de Juana de Arco al final de la Guerra de los 100 años.

 

 

La leyenda y después la versión del escritor francés, condensó todo en el castillo, laberinto de terror lleno de mazmorras y cámaras de tortura que, Perrault suaviza en enigmáticas puertas cerradas con llave, que su nueva mujer, llena de curiosidad, irá abriendo; luego de descubrir grandes tesoros halla en la última los cuerpos asesinados de las anteriores mujeres de Barbazul.

 

 

Éste, al descubrir que su mujer ha abierto la puerta vedada se dispone a matarla, pero la llegada de sus dos hermanos logra salvarla en el último momento; ambos hieren de muerte a Barbazul.

 

 

En 1911, el cuento se transformó en un drama de dimensiones colosales, gracias a la adaptación como libreto de ópera del compositor húngaro Béla Bartók, con la aportación escénica del escritor húngaro Béla Balázs, que le dio una nueva perspectiva, al incorporar siete puertas, en posible alusión a las Siete moradas celestes o Las moradas del castillo interior, de Teresa de Avila.

 

 

La enamorada Judith suplica sean abiertas, una a una, por el enigmático y reacio duque Barbazul, en una desencadenante carrera progresiva a la destrucción de la luminosa vitalidad de ella a las abismales profundidades mortales de él.

 

 

La obra, compuesta originalmente sobre textos en húngaro y con la cadencia rítmica y prosódica propia de este idioma, se estrenó en Budapest en 1918. Béla Balázs, elaboró entonces una parábola pesimista que transcurre únicamente en el plano interior.

 

 

Su moraleja parece ser la imposibilidad intrínseca de una comprensión total entre dos seres. El sombrío castillo tiene su propia alma oculta tras siete puertas interiores que arrojan luz sobre la escena y sobre los personajes.

 

 

En este caso, la propuesta estética fusiona la arquitectura contemporánea con el majestuoso recinto de la Capilla Gótica, dotando el montaje de un lenguaje visual que realza el poderoso simbolismo de la obra y busca profundizar en la complejidad de las relaciones humanas, sumergiendo al espectador en el oscuro mar de la inconsciencia de dos personajes que buscan la luz que desentrañará los misterios de su vida.