Mario del Carmen Sánchez Morales, subdirector de Comunicación de la Policía Auxiliar y maestro de ceremonias de la Secretaría de Seguridad Pública Capitalina, ha dedicado su vida a salvaguardar a la ciudadanía, sacrificando momentos importantes con sus hijos y su familia.

 

Desde joven emigró de su tierra Villahermosa, Tabasco, a la capital, para estudiar arquitectura. Sin embargo, por cuestiones económicas no pudo continuar sus estudios. Por ello, se enlisto en el área de transmisiones del Ejército Nacional Mexicano, en 1962.

 

Posteriormente, por su deseo de superarse, ingresó a la escuela militar, donde tomó clases de transmisión. Al término de sus estudios se volvió sargento operador de radio, lo que lo llevó al cargo de jefe de transmisiones.

 

“Por accidentes de la vida me hice locutor, ya que un día presenciando un desfile deportivo, el locutor del evento se sentía mal, así que como estaba cerca, me pidió por favor que realizara su función; y lo hice sin temor alguno”, apuntó.

 

En una entrevista con 24 HORAS, detalló que un oficial del Estado Mayor se le acercó pensando que lo iban a arrestar, pero para su sorpresa le ofrecieron ser maestro de ceremonias del Estado Mayor del Ejército Nacional.

 

Portando el mando de capitán segundo a los 25 años, Del Carmen fue maestro de ceremonias de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y de la Presidencia de la República. Y dio voz a los actos de cuatro presidentes: José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo.

 

En esa época contrajo matrimonio, y tuvo cuatro hijos. Se perdió cumpleaños, celebraciones de Navidad, Reyes Magos y del Día del Padre. Pese a ello, dijo, su familia se siente orgullosa de su labor y lo apoyado incondicionalmente.

 

Después de más de 20 años de servicio en el Ejército Nacional, se jubiló. Sin embargo su pasión por la seguridad de la ciudadanía lo llevó integrarse a la Policía Auxiliar capitalina (1986), siendo uno de los pioneros de la comunicación vía radio en la SSP, la cual fue instalada el 1 de marzo de 1990.

 

“Teniendo una carrera de 31 años en la Policía Auxiliar, está próxima mi jubilación, y esto causa una alegría en mi familia, ya que mis hijos, que ya son adultos, tienen hijos; ósea mis nietos van a poder disponer de mi”, aclaró.

 

El Capi, como es conocido por quienes lo rodean, señaló que aparte de su familia, vecinos y amigos donde reside, desde hace más de 40 años,  lo ven como un ejemplo de vida y lo admiran.

 

aarl