Este fin de semana el jefe delegacional en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, definió que irá como candidato del Movimiento Regeneración Nacional al Gobierno de la Ciudad de México. Las negociaciones entre el ex gobernador de Zacatecas y Andrés Manuel López Obrador estaban abiertas desde hace meses y sólo se esperaba el resultado de la elección en el Estado de México para definir la candidatura morenista en la capital del país.

 

 
Lo que sigue es sólo un formalismo, y es que según dirigentes y legisladores de Morena, el acuerdo de Monreal Ávila y López Obrador estableció que el delegado en Cuauhtémoc no haría pública la formalización de su aspiración sin el aval del presidente de Morena, el cual puso como condición que Monreal tuviera una amplia ventaja en las encuestas electorales.

 

 
El pretexto para el destape fue la presentación este domingo del libro Proyecto 2.5. Un cambio real, en el cual Ricardo Monreal delinea un Plan de Gobierno para, dice, enfrentar y revertir la crisis urbana y de sostenibilidad humana del Valle de México, con una visión hacia 2050, la cual convocó a investigadores, académicos, especialistas, organismos nacionales e internacionales.

 

 
Allí establece que la crisis urbana es corresponsabilidad de los tres niveles de Gobierno, que permiten la depredación del territorio chilango debido a la prevalencia del interés privado sobre el público, la falta de planeación y prevención ambiental, la presión que ejercen sobre transporte y servicios tres millones de habitantes del Estado de México que trabajan en la capital, y una proyección de crecimiento de la población que establece que llegarán a 16 millones los habitantes de la Ciudad de México en poco más de tres décadas.

 

 
Pero no sólo eso, ya que hizo suyos los lineamientos de la política económica de López Obrador a su paso como jefe de Gobierno, que definió como “republicana, impuestos justos, recorte de mandos medios y superiores y no moches ni mordidas en las obras públicas ni en las adquisiciones”.

 

 
Precisamente el líder de Morena esperaba el resultado de la elección en el Estado de México, pues su ficha para la capital era la delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum, pero la derrota de Delfina Gómez ante el priista Alfredo del Mazo inclinó la balanza y AMLO optó por pactar con el puntero claro en las encuestas entre los aspirantes de Morena, para garantizar la mayor votación posible en la capital del país durante los próximos comicios locales y presidenciales de 2018.

 

 
Al no conseguir Delfina Gómez la gubernatura, la Ciudad de México maximizó su valor estratégico para las aspiraciones presidenciales del año, pues el PRI mantuvo el control del Estado de México y Miguel Ángel Yunes y la alianza PAN-PRD, el de Veracruz, que junto con la CDMX son las tres entidades con la mayor reserva de votos y las cuales definen las elecciones federales.

 

 
Así que ya hay candidato de Morena para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Seguramente los fieles a AMLO, Martí Batres y Claudia Sheinbaum, serán candidatos a la Cámara de Diputados y el Senado o integrados al gabinete en caso de que Monreal logre el triunfo en 2018.

 

 
Ahora, el movimiento natural en el PRD y Miguel Ángel Mancera para detentar el poder en la capital será apuntalar y adelantar la postulación de su actual presidenta nacional, Alejandra Barrales, su precandidata con mejor calificación y la más adelantada en las preferencias. Porque también Mancera buscará la Presidencia y, al igual que el Peje, requiere de una candidata en la CDMX que le dé el mayor número de votos posible.