La falta de oportunidades, el bajo desarrollo en el mercado laboral y una visión de políticas públicas que ve a los campesinos como sujetos de asistencialismo y no de desarrollo, son algunas de las razones por las que el campo pierde atractivo frente a los jóvenes en México. Más de tres cuartas partes de los productores agropecuarios (76.3%) tiene más de 46 años.

 

El sector agropecuario continúa padeciendo la migración de jóvenes hacia carreras saturadas que les parecen más productivas. Tan sólo en dos años, el porcentaje de personas entre 22 y 45 años que se dedica a labores agrarias pasó de 23.4% a 22.4%, mientras que únicamente 1.2% tiene entre 18 y 25 años de edad, según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2014 (ENA) del Inegi.

 

“Los jóvenes no están volteando hacia el sector agrícola como una oportunidad de emprender. La mitad de los jóvenes que se decide por estudiar agronomía termina desertando hacia profesiones u oficios más ‘redituables’”, expresó el presidente de la Comisión Jóvenes Líderes del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Gerardo Cárdenas Barba.

 

El especialista destacó que los jóvenes prefieren estudiar Mercadotecnia, Contaduría o Derecho, carreras muy saturadas: “El relevo generacional en el campo requiere que este sector sea atractivo con políticas públicas y reglas de operación que no sean complicadas, así como acciones que incentiven la productividad, como el acceso al financiamiento en buenos términos”.

 

De acuerdo con cifras de la Universidad Autónoma Chapingo, casi 50% de los estudiantes de Agronomía deserta, mientras que el resto no ejerce su profesión, luego de concluir sus estudios.

 

Hace unos días, el rector de dicha casa de estudios, Sergio Barrales, afirmó que 4.6 de cada 10 alumnos no terminan la carrera por diferentes causas y se refirió al caso de una alumna que dejó los estudios por participar en un concurso de belleza, “lo que deja en claro que actualmente los jóvenes no tienen la vocación para desempeñar la profesión”.

 

De acuerdo con el Inegi, el año pasado 934 mil 800 unidades de producción, de las 3.8 millones que hay en el país, presentaron problemas de desarrollo, debido a la vejez, enfermedad o invalidez de sus productores, lo que representa un crecimiento de 1.2% con respecto a las 889 mil 200 unidades registradas con dicho conflicto en 2012.

 

Al respecto, Gustavo Sánchez Valle, presidente de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Mocaf), indicó que el campo requiere de modelos de desarrollo comunitario, ya que las políticas para el sector se enfocan a la gente que tiene derechos sobre la tierra y en la práctica la gran mayoría de la población rural carece de éste.

 

“Debemos impulsar el valor en la región y para no fortalecer la idea que tienen varios productores de mandar a sus hijos a estudiar otra carrera para que no sufran como ellos, que es parte de la visión que se tiene: que la cuestión rural es insuficiente”, agregó.

 

Cárdenas estimó que uno de los factores que alejan a los jóvenes del sector agroalimentario en el país es la falta del uso de nuevas tecnologías, pues sólo son incorporadas por 20.9% de las unidades de producción, principalmente el uso del teléfono celular, mientra que menos de 10% emplean la computadora o Internet.

 

Las mujeres toman las riendas

 

Entre 2012 y 2014, el campo mexicano ha comenzado a feminizarse, esto debido al crecimiento de mujeres de alrededor de 2% en las labores del sector, mientras que los hombres han reducido su participación.

 

De acuerdo con datos del Inegi, en los dos últimos años los hombres pasaron a conformar del 86.5% a 84.9% de los productores en el país, mientras que la participación de mujeres se incrementó de 13.5% a 15.1%.

 

Asimismo, del total de los trabajadores agrícolas las mujeres pasaron de 30% a 32%.

 

“Culturalmente no se veía que hubiera tantas mujeres en el campo, pero debido a diversos factores, como la migración, los hombres han dejados sus parcelas y son ellas las que se han tenido que encargar de los cultivos”, comentó Gerardo Cárdenas, del CNA.