Esta semana y aprovechando el feriado por el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, nos permitimos analizar y evaluar la información relativa a las minutas de la FED y la reciente del Banxico con reporte de inflación, minuta de política monetaria y los datos de inflación. Cada institución actuando en favor de la estabilidad y crecimiento de su propia economía, aunque en el caso de México, atravesamos un período de desaceleración con inflación y eventos como el TLCAN y las próximas elecciones hacia 2018.

 

La FED confirma el buen momento que experimenta la economía americana. Crecimientos que al cierre de 2017 se estiman de 2.2% anual con una inflación alrededor de 2.0% anual y una tasa de desempleo próxima a 4.0%. Por ello, y de manera gradual, la mayoría de los miembros esperan subir la tasa de interés en la reunión de diciembre próximo para cerrar el año en 1.50%.

 

Existen opiniones al interior de la FED que ven una mayor probabilidad de que el Congreso de Estados Unidos apruebe la reforma fiscal en la que pudiera generar con la baja de impuestos, una mayor inversión empresarial y un mayor gasto de los consumidores. Por ello, hay instituciones que estiman de tres a cuatro aumentos en la tasa de interés para 2018.

 

Consideramos que el potencial de los mercados accionarios americanos, que hasta ahora han estado “imparables”, tendrá una prueba relevante en 2018: sus valuaciones actuales y niveles técnicos de “agotamiento” vs. el efecto sobre las empresas y economía de la aprobación y activación de la reforma fiscal. Sí habrá un riesgo de mayor apalancamiento e inflación que al final tenga un efecto diferente al esperado.

 

a)Si el mercado considera que la valuación ya es justa, es probable que veamos en el primer trimestre de 2018 un efecto de ajuste y alta volatilidad también por el movimiento de alza en la tasa de interés.

 

b)Si el efecto es de un “abaratamiento” en las valuaciones de las empresas por algunas razones financieras, podríamos una extensión adicional de los niveles actuales, pero mucho muy limitado en torno al registro de alza de este año. Veríamos una pérdida en su ritmo de alza con inversiones y sectores muy selectivos.

 

Por su parte, el Banxico bajó su expectativa de crecimiento para 2017 a raíz de los efectos generados por los sismos y el impacto en varios estados que representan en conjunto cerca de 35% del PIB. Además, la producción de crudo ha venido reduciéndose también por el tema climático. La producción en junio alcanzó 1.93 millones de barriles diarios y en septiembre disminuyó a 1.73 millones de barriles al día. Por ello, el Banco Central redujo su estimado de crecimiento a un rango de 1.8 a 2.3% con promedio de 2.05% frente al rango previo de 2.0 a 2.5% con promedio en 2.25%. Mantuvo para 2018 el estimado de crecimiento a un rango abierto de 2.0 a 3.0%.

 

El organismo estima para 2018, un regreso de la inflación al rango de 3.0 +/- 1% frente al estimado de cierre de 2017, que será cercano de 6.3 a 6.4% anual. Nosotros consideramos que vendrá una baja, pero será a niveles estimados de 4.5% anual.

 

La inflación a la primera quincena de noviembre registró una tasa anual de 6.59%, muy por arriba de expectativas de mercado y está teniendo una afectación al propio consumo que se ha desacelerado en forma importante. El aumento en la electricidad, gas, transporte público, frutas y verduras, los componentes que generaron la presión al alza.

 

Bajo esta base, vemos que las tasas de interés seguirán altas en la curva hasta de un año como son los Cetes, entre 7.0 y 7.30% anual. El plazo a seis meses sigue estando interesante por los niveles actuales de 7.25% anual y con vencimientos dentro del primer semestre del año, antes de las elecciones. Mayo de 2018 será un mes sensible y volátil previo al resultado de las votaciones.