Andrés Manuel López Obrador será ungido hoy como candidato presidencial de Morena, por obra y gracia de su santa voluntad.

 

López Obrador prometió hace unas semanas que el candidato presidencial de su partido se definiría por una encuesta.

 

Y aunque de sobra sabemos que se trató de una puntada, porque jamás hubo encuesta ni la habrá, no estaría mal guardar el dato para cuando acuse “dedazo’’ en los otros partidos.

 

Será la tercera ocasión en la que el tabasqueño dispute la Presidencia y la segunda vez que, de acuerdo a las encuestas, arranca con ventaja.

 

La primera vez fue en 2006, donde comenzó la campaña con una diferencia de entre siete y 10 puntos por arriba de su competidor panista y a la postre presidente Felipe Calderón.

 

Hoy igualmente comenzará con una ventaja que varía de acuerdo a la casa encuestadora, pero, a diferencia de 2006 en el que el candidato priista –Roberto Madrazo- no pintaba, tiene enfrente a dos serios competidores que a nivel mediático son igualmente atractivos para las clases jóvenes.

 

López Obrador escogió el 12 de diciembre para su ungimiento porque es una fecha especial para la mayoría católica de México; seguro creerá que se puede asociar el día de la Virgen de Guadalupe con su autonombramiento como candidato presidencial.

 

En el show todo se vale; ahora viene el tiempo de comparar las plataformas políticas de las coaliciones que competirán por la Presidencia en 2018.

 

Ahí se notará la diferencia.

 

 

 

Los que la siguen haciendo de emoción son los del Partido Encuentro Social (PES), que hasta la noche de ayer no se habían puesto de acuerdo si aceptaban el trato que les ofrece Morena o se van con candidato propio.

 

El problema es que el líder del partido, Hugo Eric Flores, sí quiere ir con Morena, pero el resto de la dirigencia, entre los que se encuentran el coordinador parlamentario, Alejandro Murillo, no quiere la sociedad.

 

El tiempo ya se les vino encima y tienen hoy y mañana, nada más, para definirse: aceptar la sociedad –y el perdón- de López Obrador o ir solos.

 

A ver.

 

 

 

Así como que muy interesados en la discusión de la Ley de Seguridad Interior no están los gobernadores ni mucho menos los presidentes municipales.

 

De 31 más el jefe de Gobierno de la CDMX, invitados por la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Senadores, sólo acudieron ocho, incluido Miguel Ángel Mancera en su calidad de presidente de la Conago.

 

Quienes pasaron lista y de pilón tuvieron que aceptar los regaños, principalmente de Manuel Bartlett, Miguel Barbosa y hasta de Dolores Padierna, fueron los gobernadores de Tlaxcala, Marco Mena; de Querétaro, Francisco Domínguez; de Jalisco, Aristóteles Sandoval; de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras; de Durango, José Rosas Aispuro; de Guerrero, Héctor Astudillo, y de Colima, José Ignacio Peralta.

 

Y de los presidentes municipales, ¡sólo cuatro! acudieron a la invitación.

 

Por eso luego los legisladores los acusan de haber claudicado en su tarea de garantizar la seguridad pública y de vivir en una zona de confort esperando que las Fuerzas Armadas les resuelvan el problema.

 

 

 

¿Si te invita Ricardo Anaya a integrarte a su campaña, te apuntas?, le preguntamos al presidente del Senado, Ernesto Cordero, quien rápido respondió: ¡con ése ni a la esquina!

 

¿Así o más claro el encono?