NUEVA YORK. Con solo mirar a sus dueños, los perros pueden suscitar una respuesta en los cerebros de aquellos que les ayuda a interrelacionarse, indica un estudio. Y los propietarios de los animales pueden provocar lo mismo a la inversa, según los investigadores.

 

Esta vinculación de doble vía evidentemente comenzó cuando los perros fueron domesticados en un pasado lejano porque ayudó a conectarse a ambas especies, precisaron los investigadores japoneses.

 

Los expertos en psicología canina Evan MacLean y Brian Hare, de la Universidad de Duke, escribieron en un comentario al informe que “cuando tu perro te está mirando, podría no estar precisamente anhelando tu emparedado”.

 

El nuevo estudio es el primero que presenta un mecanismo biológico para la interrelación entre especies, dijo el investigador Larry Young, de la Universidad Emory.

 

Ni él ni los científicos de Duke estuvieron involucrados en el estudio japonés que publicó el jueves la revista Science.

 

La respuesta del cerebro consiste en un aumento en los niveles de una hormona llamada oxitocina. Estudios en seres humanos y en animales indican que esta sustancia promueve la vinculación social, como entre padre e infante o entre amantes.

 

Un experimento en la nueva investigación involucró a 30 propietarios y sus perros. Se tomaron muestras de oxitocina en la orina de ambas especies antes y después que amos y canes pasaran juntos media hora.

 

Los análisis indicaron que los propietarios cuyos perros los miraban durante más tiempo en los primeros cinco minutos les subían más los niveles de oxitocina. Igualmente, los perros que miraban más tiempo tenían también un impulso hormonal. Eso se evidencia cuando son tocados por los dueños durante la sesión, dijo en un mensaje vía correo electrónico uno de los autores, Takefumi Kikusi, de la Universidad Azabu, cerca de Tokio.

 

No se repitieron los resultados en un experimento con lobos. Estos fueron reunidos con personas que los habían criado, aunque no como mascotas. La diferencia sugiere que los perros empezaron a mirar a sus propietarios como una estrategia social al ser domesticados en vez de heredarlo de sus antecedentes lobunos, conjeturaron los investigadores.

 

Otro experimento con perros halló que miraban durante más tiempo a sus amos si se les daban dosis de oxitocina, y que los niveles de la hormona subían después en los dueños. Pero estos resultados solo se dieron con perras y no con perros, sin que se comprenda la diferencia.