HOUSTON. Fue letal al momento de encontrarse cerca del aro: veloz, inquieto y mortífero, características similares a la serpiente conocida como Mamba Negra, por ello se autonombró de esa manera. Kobe Bryant jugó anoche su último partido como profesional en la NBA, dejando las duelas como uno de los mejores jugadores en la historia de la liga.

 

Fiel admirador de Michael Jordan, Bryant fue contratado en el sorteo universitario de 1996 como un colegial a los 17 años. Los Hornets de Charlotte decidieron cederlo a los Lakers de Los Ángeles, donde forjó su propia historia, una que lo convirtió en ídolo.

 

El hambre de victoria lo llevó a ser uno de los máximos ganadores en la historia de la NBA, con cinco campeonatos obtenidos (2000, 2001, 2002, 2009 y 2010), y en dos ocasiones fue elegido como el Jugador Más Valioso (MVP), sin olvidar que fue nombrado 11 veces integrante del “equipo ideal” de la NBA y un par de veces concluyó la campaña como el máximo anotador. En total, consiguió 33 mil 583 puntos (hasta antes de su juego de despedida) para colocarse en el tercer puesto en la historia de la liga, por detrás de Kareem Abdul-Jabbar (38 mil 387) y Karl Malone (36 mil 928).

 

El estilo y personalidad de Kobe era similar al de Michael Jordan, incluso en los gestos, el egocentrismo y hasta la manera como el legendario jugador de los Bulls sacaba la lengua cuando tenía el balón e intentaba penetrar en la defensa enemiga,

 

La Mamba Negra dijo adiós. Después de 20 temporadas con los Lakers, Kobe Bryant decidió “colgar los botines”, pero dejó un legado importante, difícil de alcanzar para las nuevas generaciones y no sólo por los números que consiguió, sino también por la pasión, dedicación y esfuerzo que mostró durante su brillante carrera.

 

Números

 

  • 20 temporadas jugó con los Lakers de Los Ángeles

 

  • 2 medallas de oro olímpicas obtuvo: 2008 y 2012

 

  • 5 anillos de campeón de la NBA, en siete finales disputadas

 

  • 81 puntos anotó en un solo juego, en 2006 contra los Raptors