EL CAIRO. Al menos 300 trabajadores de dos cementeras sirias fueron secuestrados por el grupo terrorista Estado Islámico (EI) después de invadir nuevas zonas cerca de la localidad de Al Dumair, 37 kilómetros al noreste de Damasco, informó la agencia oficial de noticias siria, SANA.

 

Detalló que entre las víctimas se encuentran trabajadores y empresarios de la cementera de Al Badiya, ubicada a unos 26 kilómetros al este de Al Dumair.

 

Asimismo, varios testigos informaron a SANA que vieron a unos 125 de los trabajadores de dicha fábrica ser trasladados por el EI en vehículos hacia la población de Tel Dakúa, que se encuentra bajo su control, a 30 kilómetros al sur de dicha instalación industrial.

 

Sin embargo, un responsable gubernamental local señaló que otros 106 trabajadores de la cementera Al Sini, cerca de Al Dumair, huyeron del EI y que el ejército les ayudará a volver a sus casas.

 

Por otra parte, en declaraciones a Efe, el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahmán, rebajó la cifra de los obreros secuestrados en dichas fábricas a 170 personas, y precisó que otros 140 trabajadores consiguieron escapar.

 

En otras ocasiones, el grupo terrorista ha retenido y ejecutado, por “apóstatas” o “colaborar con el régimen”, a civiles en Siria de confesión musulmana alauí, la misma doctrina religiosa del presidente, Bachar al Asad, e hizo lo propio contra chiíes en Irak.

 

La zona de Al Dumair, que incluye varios cuarteles militares sirios abandonados, está compartida por las fuerzas gubernamentales y grupos afines, por una parte, y por el EI y grupos del Ejército Libre Sirio, que luchan al mismo tiempo contra los yihadistas y el régimen.

 

Asimismo, la SANA señaló que un total de 35 yihadistas murieron durante los enfrentamientos y a causa de los duros bombardeos de la artillería y de la aviación militar de la fuerzas gubernamentales.

 

La agencia de noticias Amaq, vinculada al EI, informó de que un suicida atacó un convoy militar que salía del aeródromo de Al Dumair, lo que causó la muerte de 50 militares y obligó a las tropas a replegarse a la base aérea tras perder más de la mitad de sus pertrechos.