El Congreso no va a aprobar, entre otras, la iniciativa de la Reforma Fiscal que propone gravar con IVA las colegiaturas de escuelas de paga. Pero el verdadero impacto a la clase media, en términos de costo de la educación de paga en México, no es ese.

 

El gravar con IVA dichas colegiaturas pareciese ser más un tema distractor. El verdadero impacto es la propuesta de incluir a las escuelas privadas en el régimen de Impuesto Sobre la Renta (ISR). Es decir cobrarles el 32% sobre sus utilidades.

 

Evidentemente es un tema justo. Si ganan dinero que paguen como cualquier negocio formal. El tema es que no hay una propuesta inteligente que evite que esa tasa del 32% se traslade al padre de familia. En pocas palabras el costo de inversión que para una familia tiene la educación privada aumentaría en esa misma proporción de mes a mes.

 

Esa propuesta de Reforma Fiscal que existe propone reducir aún más los gastos deducibles y el efecto inflacionario impactaría en la economía mes a mes, en términos reales el costo para una familia podría ser mucho mayor.

 

Justo por ello parecería que el tema de tasar con IVA las colegiaturas es más una artimaña para distraer la atención con un impuesto que, bien o mal, podría recuperase al final del ejercicio fiscal por muchos contribuyentes.

 

Me parece que la educación es el tema base del desarrollo de este país. Es el cimiento para aspirar a un país con mejores ciudadanos, mejores profesores, mejores empresarios, mejores servidores públicos y funcionarios bajo un parámetro más robusto en términos del civismo.

 

La educación es la columna vertebral de una sociedad más competitiva, más innovadora, menos proclive a la corrupción, más respetuosa de las reglas básicas de sana convivencia, menos insegura y con mayores y mejores oportunidades de desarrollo personal y profesional para todos.

 

Si aspira a ser un país competitivo, además de reformas estructurales para elevar la competitividad económica de México, el país necesita con urgencia una educación de calidad al alcance de la mayoría.

 

Si lo que busca la propuesta de reforma fiscal es complicar el acceso a la educación privada, entonces el interés del Gobierno es evitar que haya más mexicanos mejor preparados. Quizá para ‘formar’ ciudadanos más dóciles a la usanza del viejo PRI con miras electorales?

 

México es otro porque el mundo es otro. La gente ya no es la misma y su tolerancia y docilidad tampoco. Cada vez más mexicanos aspiramos a mejores oportunidades y, por ello, estamos hartos de tener que convivir con el producto terminado de un sistema educativo público de cuarta.

 

Estamos indispuestos a vivir en el caos de la incivilidad vial, por ejemplo. A ser señalados en el extranjero como personas proclives a la ‘mordida’, al ‘chanchuyo’. A ser vistos como personas que viven en un país subdesarrollado.

 

Cada quien sin duda podemos hacer mucho para mejorar como ciudadanos. Pero políticas como la propuesta en el proyecto de reforma fiscal presentada por el Ejecutivo resultan, por trasnochadas y absurdas en su concepción, insultantes pues van en contra de lo que necesita el país para detonar un cambio cualitativo real.

 

Una familia que paga educación privada no necesariamente es rica. ¿Cuántos mexicanos tienen que hacer sacrificios para mandar a sus hijos a un colegio de paga y con un incremento del 32% en colegiaturas tendrían que abandonar esa opción?

 

México no merece liderazgos inoperantes guiados por el brazo operador de viejos políticos ya superados. México eligió a su Presidente convencido más por una pantalla de televisión que por la razón. México ahora debe hacer oír su voz para exigir sensatez, inteligencia y acciones que detonen bienestar y desarrollo.

 

México es otro. Que esta generación de mexicanos, los que hoy pagamos impuestos y demandamos que ellos se vean reflejados en servicios e infraestructura, le deje claro a Legisladores y Ejecutivo que quien manda es la gente.

 

Power to the People; John Lennon a 73 años un día de su nacimiento.