Tuve la oportunidad de platicar con Eduardo Verástegui, quien vino a México para promocionar la película The little boy, la cual le llevó cinco años realizar y hoy es un sueño hecho realidad para él.

 

La cinta se estrena primero en EU y llega a México en Mayo, pero es una película realmente tierna. Al respecto, esto es lo que nos comentó:

 

¿Por qué tardaste tanto en hacer la cinta?

 

Los procesos son complicados, primero hay que tener una buena historia, luego hay que levantar el proyecto, buscar patrocinadores, encontrar el reparto adecuado para poder filmarla, y más tarde el proceso de post producción y la distribución. Se oye fácil, pero es una labor titánica.

 

¿Cuánto llevas fuera de México?

 

Ya son 13 años que me salí de México y como saben llevo tiempo haciendo cambios radicales en mi vida, porque no estaba a gusto con todo lo que me había pasado, así que prometí hacer papeles que tuvieran un mensaje positivo. Les prometí a mis papás que no volvería a aceptar nada que fuera superficial y por hacer esas promesas me quedé sin trabajo cuatro años, porque todo lo que llegaba a mis manos eran cosas que no me interesaban.

 

¿No te arrepientes de haber rechazado tantas ofertas?

 

No, porque tengo un objetivo y sé hacia donde voy. No ha sido un camino fácil, hay que trabajar todos los días, los cambios no se dan de un momento a otro, sanar las heridas y dirigirte hacia otro rumbo es todo un proceso.

 

¿Ahora ya eres la persona que deseabas ser?

 

Nadie puede decir que tiene todas las de ganar, pero soy una mejor versión de mí mismo. Atrás han quedado esos momentos de vacío y soledad, donde aparentemente tenía todo y por dentro sentía un hueco terrible. Fue cuando hice un replanteamiento y me alejé de todo lo que no me convenía. Hay que cuidar las amistades, porque esas te llevan hacia arriba o te jalan hacia abajo.

 

Pero estás en un medio lleno de cosas superfluas…

 

Sí, en este medio recibes muchos halagos y te puedes marear con facilidad, por eso hay que reconocer quienes valen la pena y hacerte a un lado cuando algo no va contigo. Por eso decidí producir mi propia película, con un guion que les va a encantar y que vale la pena. La idea es rescatar el niño que todos llevamos dentro a través de esta historia de amor, que nos enseña que el perdón, la entrega, la misericordia, la lucha y la compasión son virtudes que no debemos olvidar y que a través del amor puedes caminar hacia donde sea.