La economía mexicana aún no da señales claras de un repunte, debido a la debilidad y caídas en componentes como la producción industrial, inversión fija y ventas del comercio detallistas, advierte el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).

 

“La actividad interna de México aún no da señales claras de un repunte, pues hasta ahora los principales indicadores económicos siguen mostrando un comportamiento débil; en términos desestacionalizados”, asegura el organismo.

 

Según el órgano dedicado a análisis económico de los empresarios, la producción industrial registró una caída mensual en junio, la primera en lo que va del año; la inversión fija bruta, aunque con mayor rezago, sigue sin mostrar una recuperación importante y la debilidad de los datos de la ANTAD no muestran mejoras importantes en el consumo de las familias, incluso ya en el primer mes del tercer trimestre del año.

 

“Este entorno ha sido suficiente para que los especialistas del sector privado y organismos internacionales siguieran ajustando a la baja sus pronósticos de crecimiento del PIB”, dice.

 

La semana pasada, Banco de México, en su Informe Trimestral corrigió a la baja su estimación para ubicarla en un rango de entre 2.0% y 2.8%, después de que en el informe previo el rango del pronóstico estaba entre 2.3% y 3.3%.

 

“El próximo 21 de agosto el INEGI dará a conocer el resultado del IGAE durante junio, el cual es muy probable que muestre un crecimiento inferior a lo estimado para el segundo trimestre del año, con la posibilidad de que la Secretaría de Hacienda corrija también su pronóstico de 2.7% hacia la baja”, anticipa el CEESP.

 

“El desempeño del sector industrial en junio, especialmente de las manufacturas, como hemos venido alertando, está fuertemente vinculado a la débil demanda interna, a pesar de la mejora en la producción industrial en Estados Unidos y sus vínculos con la producción mexicana”, señala un análisis económico de BBVA Bancomer.

 

“Esto reafirma nuestra expectativa de un pausado crecimiento económico para el segundo trimestre del año”, explica la institución financiera.

 

El banco espera que la tasa de crecimiento en el segundo trimestre del año sea de 0.85%, con series desestacionalizadas.

 

“Esperamos la confirmación de este crecimiento trimestral y la aceleración en los próximos trimestres para alcanzar la tasa de crecimiento económico estimada al cierre de 2014 de 2.5% anual”, comenta BBVA.

 

El l Centro de Estudios recuerda que si bien la percepción de que la economía mejorará su ritmo de avance en la segunda mitad del año sigue en pie, “es claro que aritméticamente se torna mucho más difícil lograr un avance superior a 2.5% para todo el año, cuando el crecimiento del primer semestre estará seguramente por debajo de 2.0%”.

 

A pesar de que los datos duros no muestran un repunte importante, las expectativas se apoyan en que la recuperación de la actividad económica de Estados Unidos sea mucho más fuerte y en que la instrumentación de las reformas aprobadas sea mejor de lo planeado; y eso se refleje en una mayor certidumbre de los inversionistas y consumidores, subraya.

 

“Evidentemente esto hace que los riesgos a los que se puede enfrentar la economía son un comportamiento inverso de lo que acabamos de mencionar”, dice.

 

También hay que hacer frente a otros factores negativos que pueden complicar el ambiente de negocios e inhibir el ritmo de avance o incluso la efectividad de alguna de las reformas. Entre estos factores se encuentran la corrupción, burocracia y el acceso al financiamiento, manifiesta el centro de estudios dependiente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

 

“La evolución de los principales indicadores económicos aún muestra resultados débiles que generan opiniones encontradas. No obstante, lo que es un hecho es que en el presente año la economía no crecerá como se tenía previsto, tanto por el efecto aritmético proveniente de las bajas tasa de avance del primer semestre del año, como de la debilidad del mercado interno”, concluye el CEESP.