NUEVA YORK. Unos 50 estudiantes sin autorización para vivir en Estados Unidos comenzaron este miércoles una huelga de hambre en Nueva York para forzar a los líderes del estado a incluir en el presupuesto una iniciativa que permitiría a los jóvenes acceder a fondos estatales para ir a la universidad.

 

Los estudiantes iniciaron la huelga tras enterarse de que la propuesta no había sido incluida el martes en el presupuesto del estado y, por lo tanto, descartada de ser negociada en el capitolio estatal, en Albany.

 

“Nos hemos dado cuenta de que no nos toman en serio”, dijo Denise Vivar, una mexicana de 20 años que fue traída ilegalmente por sus padres a Estados Unidos cuando tenía 7.

 

“Tenemos un derecho a la educación”, agregó la joven durante una rueda de prensa en Manhattan.

 

Según datos estatales, unos 4.500 estudiantes en el estado podrían ser elegibles para beneficiarse de la propuesta, conocida como New York Dream Act y que supondría unos 27 millones de dólares.

 

Frank Sobrino, portavoz del gobernador Andrew Cuomo, dijo a The Associated Press que el gobernador ha dicho que trabajará duro para lograr que se incluya la medida en el presupuesto durante la futura sesión legislativa que se lleva a cabo en abril, mayo y junio.

 

Tras años de lucha por parte de los jóvenes y de organizaciones que les ayudan, esta vez parecía que el New York Dream Act iba a convertirse en una realidad. Cuomo decidió enlazar la medida a otra que quieren los legisladores republicanos del estado y que incentivaría donaciones a escuelas privadas, entre otras instituciones.

 

Aun así, demócratas y republicanos no se entendieron.

 

“En estos momentos no hay ninguna posibilidad de acuerdo”, dijo Cuomo a los periodistas en Albany el martes por la noche, según su portavoz Sobrino. “Así que no tiene sentido incluir (la medida) en el presupuesto”.

 

Los estados de California, Washington, Nuevo México y Texas permiten a jóvenes que se gradúan de la secundaria solicitar ayuda financiera estatal para ir a la universidad, incluidos los que se encuentran en el país ilegalmente.

 

En Nueva York, los estudiantes sin autorización pueden pagar las mismas tarifas universitarias que estudiantes con autorización y residentes en el estado. Esos precios son más bajos que los cobrados a estudiantes internacionales. Aun así, muchos jóvenes sin autorización aseguran que se trata de miles de dólares y que necesitan la ayuda estatal para poder proseguir con sus estudios.

 

“Esto es muy doloroso para todos nosotros. Nuestros líderes electos deben entender que no pueden jugar con nuestras vidas”, dijo Mónica Sibri, una ecuatoriana de 22 años que asegura que sólo está bebiendo agua y que no comerá hasta que la medida sea incluida en el presupuesto.

 

Los jóvenes en ayuno se encuentran distribuidos en todo el estado, dijeron Vivar y Sibri.