ELECCIONES EU. El candidato republicano dijo que aceptará el resultado de las elecciones del 8 de noviembre si es “claro”, aunque sugirió que eso podría ocurrir solamente si él resulta vencedor

 

“Me gustaría prometer a todos mis votantes y simpatizantes que voy a aceptar totalmente los resultados de esta gran e histórica elección presidencial…” en su primer acto de campaña tras el último debate. Segundos después, remató con más fuerza en la voz y una sonrisa en el rostro: “¡Si es que gano!”. La propuesta desató una ovación de la multitud que lo seguía en un evento de campaña en Delaware, Ohio.

 

El empresario, que fue derrotado en el tercer y último debate con la candidata demócrata Hillary Clinton, sostuvo en la ciudad de Delaware, Ohio, que se reservaba “el derecho de responder y presentar cargos legales en caso de un resultado cuestionable” en las elecciones del 8 de noviembre.

 

Trump ya había adelantado esa posición durante el último debate en Las Vegas, cuando evitó comprometerse a aceptar el resultado de la elección, pero frente a las cámaras solo había dicho que prefería esperar “el momento oportuno”. Tras ese anticipo, Hillary Clinton calificó como “horrorosa” la actitud de Trump.

 

Las insinuaciones de Trump acerca de una improbable “manipulación” de los comicios para beneficiar a Clinton, provocaron una onda expansiva de rechazo dentro del partido Republicano, que en la elección quiere consolidar su mayoría en las dos cámaras del Congreso.

 

Por su parte, el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, sostuvo que la posición de Trump “amenaza” al proceso democrático y pidió a los estadounidenses, inclusive los republicanos, “plantarse” y responder con “una participación excepcional” en las elecciones de noviembre.

 

En tanto, la fiscal general, Loretta Lynch, rechazó las advertencias de Trump, y advirtió que “creemos que es muy difícil para cualquier persona de fuera influir en el resultado. Tenemos una gran confianza en nuestro sistema electoral”.

 

No le dan respiro

 

El magnate recibió nuevas denuncias por acoso sexual. En esta oportunidad se trata de Karena Virginia, una profesora de yoga de 45 años, de la región de Nueva York, quien sostuvo que el candidato republicano le habría tocado los senos y hecho comentarios inapropiados en 1998 durante un torneo de tenis US Open.