Siete de cada 10 libros autorizados por la Secretaría de Educación Pública (SEP) para su uso en escuelas secundarias durante el ciclo 2014-2015 serán editados por empresas de capital extranjero, y casi el total se producirá por la industria privada.

 

De los 454 títulos avalados por la dependencia federal, al menos 310 son de editoriales extranjeras, según la lista de libros autorizados para su uso en las escuelas secundarias del sistema educativo nacional, que fue puesta a revisión por la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer).

 

Serán 30 los sellos editoriales que producirán los libros de texto de nivel secundaria para el próximo ciclo escolar, cuyo valor será mayor a los mil millones de pesos. Destacan firmas extranjeras como Santilla, Ediciones SM, McGraw-Hill, Larousse, Pearson Education y Oxford University Press, así como las mexicanas Trillas y Fernández Educación. Sólo un libro es de producción pública, editado por la Secretaría de Educación y Cultura del Estado de Coahuila.

 

Hugo Balbuena Corro, responsable del despacho de la Dirección General de Materiales e Informática Educativa, de la Subsecretaría de Educación Básica, dijo en entrevista que la dependencia federal no busca favorecer a la iniciativa privada ni la industria extranjera sobre la nacional, lo que pretende es beneficiar a los destinatarios finales que son los alumnos y profesores: “lo que nos interesa es que tengan bueno materiales”.

 

De acuerdo con el funcionario, la SEP, a través de la Subsecretaría de Educación Básica y de la Dirección General de Materiales, realiza un trabajo conjunto con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) para la edición y producción de los materiales de texto, “porque nos interesa que los libros que produce la iniciativa privada sean buenos libros”.

 

A la pregunta de si la industria editorial nacional tiene capacidad para crear libros de texto de secundaria con las características que busca la SEP, el funcionario respondió: “Creo que sí, pero tenemos que garantizar que los libros cumplan con los requerimientos establecidos desde la propia norma y los lineamientos que se emiten por parte de la Secretaría”.

 

Ganancias millonarias 

 

La importancia del sector está además en las ganancias millonarias que significa para esta industria. Tan sólo en 2012, las editoriales privadas en México tuvieron una producción de 142.8 millones de libros, lo que les generó ventas por más de 10 mil 400 millones de pesos.

 

De esa producción, 42 millones de libros (más de un tercio) fueron destinados a los programas de libros de texto gratuito para educación secundaria y el nacional de inglés en educación básica (PNIEB).

 

Para este año, el sector editorial de textos para educación secundaria tendrá un valor superior a mil 100 millones de pesos, que es lo que invertirá la SEP en la compra de 31.6 millones de libros para más de cinco millones 345 mil alumnos y 159 mil 300 profesores de este nivel educativo.

 

El monto es similar al de 2012, cuando la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) registró mil 83 millones de pesos por la venta de libros de secundaria para el gobierno.

 

Según los Indicadores del sector editorial privado en México 2012 de la CANIEM, el costo medio de las ediciones de texto de secundaria es de 15.5 pesos, mientras que el precio promedio de venta de los libros ese año fue de 68.7 pesos por unidad.

 

Este año, de acuerdo con la SEP, el costo promedio para los libros de secundaria fue de 35.3 pesos, mientras que los materiales para aprendizaje de una lengua extranjera costaron 31.6 pesos cada texto.

 

De esta manera, la dependencia federal destinará 980 millones de pesos para la adquisición de textos para 17 materias y 121.5 millones a materiales destinados al PNIEB, cuando en 2012 destinó mil 83 millones de pesos y 233 millones, respectivamente, según datos de la CANIEM.

 

Entre agosto y noviembre de 2013 se realizó el proceso de evaluación de libros de texto para el ciclo escolar 2014-2015. Hubo un registro en línea de los materiales y, posteriormente, la Dirección General de Materiales Educativos contrató a evaluadores externos para que revisaran los libros considerando tres aspectos: que los contenidos estuvieran apegados a los programas de estudio, una revisión para que los textos e ilustraciones fueran adecuados para los estudiantes y, finalmente, el aspecto didáctico, que de acuerdo con Balbuena es fundamental al momento de elegir un título.

 

“Creo que la misión de la SEP es emitir los lineamientos y garantizar que queden claros para los autores y editoriales. La Secretaría hace una labor general en la que son convocados todos los autores que van a participar en la elaboración de libros, pero no elige con quién va a hacer el trabajo”, concluyó Hugo Balbuena.