Ni las amenazas ni las agresiones conseguirán que los periodistas del diario mexicano “Noroeste” dejen de ser críticos con el Gobierno del estado de Sinaloa, aseguró hoy su director, Adrián López, que el jueves resultó herido durante un robo, según una versión oficial que todavía no acaba de creer.

 

“Insisten en que es un robo, pero para mí hay varias cosas que no coinciden con que sea un robo”, aseguró desde el hospital donde se recupera de las heridas de bala que sufrió en las piernas cuando fue asaltado en la madrugada del jueves.

 

Esta mañana recibió la visita del gobernador del estado, Mario López Valdez, y de “todo su equipo de seguridad”, quienes le dieron el reporte de las investigaciones, que han logrado hasta el momento la detención de tres probables responsables y la identificación de tres más.

 

“Aprecio lo expedito de los resultados que tenemos hasta ahora, pero sigue sin cuadrarme”, explicó el periodista, quien detalló que no le convencen cosas como que al principio no le pidieron su coche sino que le mandaron subirse a otro para secuestrarlo.

 

López regresaba del aeropuerto de Culiacán cuando dos coches comenzaron a perseguirlo, lo hicieron detenerse y bajarse de su vehículo, le robaron este y sus pertenencias y cuando estaba tirado en el suelo le dispararon en las piernas.

 

“El argumento que me dieron es que (el agresor) estaba drogado, puedo entenderlo, pero si tanta saña tenía, me hubiera matado. Sin embargo, me apuntó con toda intención a las piernas, el objetivo era herirme”, contó.

 

Aunque el periodista no se atrevió a acusar directamente al Gobierno de este estado de la agresión, sí insistió en que ya hay casi 100 pesquisas abiertas por ataques o robos a periodistas de Sinaloa.

 

En ese estado, agregó, “hay una maquinaria de una policía local corrupta, (y) un gobierno que utiliza esa policía para golpear o premiar a quien afecta a sus intereses”.

 

Por eso, en su opinión, es muy necesario su trabajo y el diario va a continuar con su línea editorial crítica con el Ejecutivo.

 

“Si en algo creo es en nuestro periodismo. Si en algo creo que podemos hacer para cambiar la realidad de nuestro estado es seguir haciendo lo que hacemos”, apuntó.

 

Y no son pocos los ataques que ha sufrido este medio o sus trabajadores. En 2010, su edificio en la ciudad de Mazatlán, también en Sinaloa, fue tiroteado y posteriormente, afuera de las instalaciones, desconocidos dejaron una cabeza humana y pancartas firmadas por un grupo criminal.

 

Hace un mes, tras la detención del capo del narcotráfico Joaquín “el Chapo” Guzmán, periodistas de “Noroeste” en Mazatlán fueron amenazados para que dejaran de investigar los nexos de policías municipales con el círculo de protección del narcotraficante.

 

Una semana después, durante una marcha de apoyo al Chapo en las ciudades de Culiacán y Guamúchil periodistas de este medio fueron golpeados y despojados de sus equipos fotográficos y de vídeo por parte de policías ministeriales y estatales.

 

“Siempre hemos sido muy críticos pero en los últimos meses más, por las amenazas que hemos recibido, por una serie de abusos. Ahora somos un medio muy incómodo para el gobierno local”, dijo.

 

Los policías presuntamente agresores, aseguró López, están totalmente identificados pero no hay un solo detenido.

 

“Si pudieron hacer esto con mi supuesto robo, ¿por qué no pueden detener a unos policías? Si se arregla mi caso y no el de los periodistas significa que la justicia es selectiva y que hay que ser director de algo para que en este país algo pase”, añadió.

 

Con 87 periodistas asesinados desde 2000, según cifras de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), México es el país más peligroso de América Latina para ejercer esta profesión.