Para los panistas no cabe duda: el Gobierno federal ha cometido “errores graves” y “abusó” de la deuda pública, y eso ha tenido consecuencias.

 

Entre otras, la devaluación del peso frente al dólar (ayer cerró en 20 pesos por dólar).

 

Ése fue el mensaje central que Ricardo Anaya llevó a la reunión que sostuvo con los integrantes de la Comisión Ejecutiva de la Confederación Patronal de la República Mexicana, encabezada por Gustavo Hoyos Walther.

 

Ése fue el mismo mensaje –en tonos de acusación y enojo– que recibió de los empresarios para con el gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

Porque esa reunión de los hombres del dinero con el dirigente nacional del PAN –realizada ayer en el hotel María Isabel–, si en algo se distinguió fue por la inquietud y el malestar que traslucían las palabras de los anfitriones.

 

La “devaluación” del peso frente al dólar –así, sin matices– fue el tema recurrente. Y el paquete económico fue el otro.

 

Y no, ellos no le echaron la culpa de tan importante devaluación a los “factores externos” ni a Donald Trump.

 

 

Alegaron que la situación por la que estamos atravesando, si bien no era fácil de capotear, el Gobierno federal tiene una amplia responsabilidad, pues ha cometido “errores muy graves”.

 

¿Qué propusieron los empresarios?

 

Pidieron a los panistas que empujen ajustes del Gobierno, que recorten los gastos de la burocracia y reduzcan lo menos posible el gasto de inversión.

 

Según comentó Anaya al término del encuentro, él se comprometió a que su grupo parlamentario “a que este paquete económico mande un mensaje a los mercados de austeridad, de ajuste de cinturón al propio gobierno, a la burocracia, para recuperar confianza y que podamos detener en la medida de lo posible la caída del peso frente al dólar”.

Los vientos corren a su favor.

 

CARSTENS Y LOS PANISTAS.- Para que no quepa duda del relevante papel que han tomado los blanquiazules en estos momentos, no hay más que ver la fotografía que distribuyeron ayer del encuentro que sostuvo un grupo de diputados panistas –encabezados por su coordinador, Marko Cortés– con Agustín Carstens.

 

Y sí, el gobernador del Banco de México aparece muy sonriente con los panistas.

 

Ya nada de andarse escabullendo o dándole la vuelta al ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

 

El ambiente cambió sin duda por esos rumbos. Los desencuentros que tenía Carstens con Videgaray ya habían llegado a niveles de intolerancia. Tanto que el gobernador del Banco de México procuraba ya no aparecer con el mexiquense. Una manera de mostrar su inconformidad con su trabajo.

 

Y el retorno de José Antonio Meade a las oficinas hacendarias de Palacio Nacional no sólo fue un respiro para el gobernador. Fue un regalo inesperado.

 

GEMAS: obsequio del cura de Poza Rica, Jaime Suárez Silva: “Que no chingue el fiscal (de Veracruz, Luis Ángel Bravo). No mataron a un sacerdote y a un sacristán; fueron dos compañeros presbíteros: el párroco y el vicario… Si este señor quiere minimizar estos datos, cómo creerle que por culpa del alcohol los maniataron y les pegaron nueve tiros”.