México es un país de origen, tránsito y destino de víctimas de trata, principalmente niños y mujeres, que son trasladados a otros territorios con fines de explotación sexual y laboral.

 

El diagnóstico de las Condiciones de Vulnerabilidad que Propician la Trata en México, del Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social, A. C. (CEIDAS) detectó 12 ciudades en las que existe mayor incidencia de trata de personas: Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros, en la frontera norte; Puerto Vallarta, Acapulco y Tapachula, en el Pacífico; Cancún, en la Península de Yucatán; Tlaxcala y Distrito Federal, en el Centro.

 

Las rutas identificadas, tanto de migración interna como hacia los Estados Unidos, coinciden con las rutas de mayor incidencia de trata de personas.

 

Además, el diagnóstico revela la existencia de vínculos estrechos entre el fenómeno migratorio y la trata, porque los migrantes son considerados como un grupo vulnerable.

 

Los grupos vulnerables son aquellos que han sufrido discriminación o explotación, entre los que se encuentran indígenas, campesinos, obreros, trabajadores informales, jóvenes y personas analfabetas o con bajos niveles educativos.

 

México es el segundo país que provee más víctimas de trata a Estados Unidos, solamente  superado por Tailandia. El estudio revela, también, que la explotación sexual sigue siendo el primer motivo para la trata de personas, seguida de la explotación laboral.

 

La mayoría de las víctimas provienen de contextos de vulnerabilidad como pobreza, orfandad y desigualdad social, situaciones de violencia que provocan que esta población huya de sus lugares de origen y sean más susceptibles a la trata de personas.

 MAPAtrata-COPIA

Sectores de riesgo

 

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) identificó ocho sectores de actividad económica a nivel global, donde existe la mayor cantidad de personas víctimas de trata: la agricultura, la industria de la construcción, la textil, establecimientos de expendio de bebidas, minería, procesamiento de alimentos, industria de transportes y la relacionada con el sexo y la prostitución.

 

El Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la venta de niños, prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía, Juan Miguel Petit, en su visita del 2007, constató que en el Distrito Federal hay estimaciones que identifican a más de 20 mil niñas y niños en situación de calle que son vulnerables a ser víctimas de trata de personas.

 

En Guadalajara identificó que existen 2 mil infantes en situación de calle que ejercen la prostitución. En Baja California, constató la existencia de un mercado sexual con conexiones internacionales y en Ciudad Juárez, Chihuahua, encontró que la vulnerabilidad de las zonas maquiladoras, donde contratan a mujeres jóvenes y menores de edad.

 

Las víctimas de trata son identificadas por 8 factores principales: el primer indicio tiene que ver con los lugares donde se encuentran a las víctimas de trata, en la calle o establecimientos donde pueda presentarse comercio sexual o procesamiento de productos agrícolas, empleo doméstico, industria de la construcción o maquiladoras.

 

El segundo se relaciona con la forma en que los tratantes enganchan a la víctima: carencia de dinero, aislamiento de sus familiares o comunidades, incapacidad para comunicarse en el idioma del país. En el tercero se toma en cuenta  su entorno inmediato, incluyendo medidas de seguridad en el establecimiento donde trabaja.

 

Las conductas verbales, la apariencia física y los comportamientos de ansiedad son el cuarto indicio. El quinto indicio es la salud de los afectados: deshidratación, desnutrición, infecciones y enfermedades graves como cáncer o diabetes, etcétera.

 

El sexto indicio es cuando la víctima ya sufrió enfermedades relacionadas con procedimientos médicos forzosos, como abortos, pruebas constantes de embarazo, presencia masiva o crónica de enfermedades de transmisión sexual y abuso sexual.

 

El séptimo indicio está relacionado con la salud mental, las víctimas desarrollan fobias, ataques de pánico, depresión, trastornos de personalidad. El octavo toma en cuenta los problemas y consecuencias que se generan en los infantes víctimas de trata, como problemas emocionales y depresión, además del consumo de drogas y alcohol.