Apenas unas horas después de presentarse la propuesta de reforma energética, el gobierno federal desplegó a un grupo de secretarios de Estado para defender la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto por segmentos específicos.

Así, los titulares de Energía, Hacienda, Relaciones Exteriores y Pemex desfilaron ayer por cámaras de televisión y micrófonos de noticieros de radio nacionales y estatales, para hablar de las bondades de la propuesta.

 

Por ejemplo, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, apenas abandonó la residencia oficial de Los Pinos y se preparó para el noticiero de José Cárdenas, donde repitió lo que dijo minutos antes: que la reforma energética busca una mayor explotación de los recursos y estimular la inversión en aquellos no convencionales, para incrementar la producción de petróleo y gas natural, y de esta manera revertir el déficit de este combustible.

 

Insistió en que durante el periodo de diciembre de 2012 a julio pasado se presentaron 15 alertas críticas, durante las cuales Pemex Gas y Petroquímica Básica solicitaron reducir el consumo del energético.

 

La misma estrategia la ejecutó el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso, quien en repetidas entrevistas habló en específico de los famosos contratos de utilidad compartida, que forman parte de la reforma energética.

 

En entrevista radiofónica con MVS, dijo que dichos esquemas permitirán hacer grandes inversiones en Petróleos Mexicanos sin endeudarse o endedudar al gobierno mexicano.

 

Puntualizó que los contratos que propone Peña Nieto son de utilidad compartida, no de producción compartida. En estos últimos, apuntó, se le paga a la empresa con petróleo, mientras que, en el de utilidad compartida, todo el crudo lo recibe el Estado, lo vende y le da a la empresa una parte de la utilidad.

 

“Entregar el petróleo en especie sin duda no te da el mismo margen de control sobre los activos que da un contrato de utilidad compartida”, dijo.

 

Nada para el extranjero

 

La reforma energética federal prevé el desarrollo nacional y no satisfacer los intereses ajenos, aclaró, a su vez, el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña.

 

En conferencia, dijo que de aprobarse en sus términos, la reforma crearía una sólida industria de empresas nacionales al servicio del sector energético, que podrían generar 500 mil empleos adicionales a final del sexenio y dos millones más en los próximos 20 años.

 

La intención del gobierno mexicano con esta iniciativa, dijo, es velar por los intereses de México, con efectos positivos de más empleo e inversión, antes que agradar a los inversionistas o a los gobiernos extranjeros.

 

En tanto, el director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, pidió al Congreso de la Unión debatir la propuesta federal con datos y no con dogmas.

 

En entrevista en Primero Noticias, el funcionario confió que a finales del próximo año las tarifas de electricidad bajen sus costos por lo que se verá reflejado en los bolsillos de las familias.

 

A esta estrategia también se sumaron a lo largo del día otros funcionarios federales, como el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, quien demandó a los legisladores federales entablar un debate de altura, y la Coparmex, cuyo presidente Juan Pablo Castañón celebró la propuesta energética de Peña Nieto, debido a que se incluyen nuevas modalidades de participación para las empresas privadas.