Durante un recorrido realizado en los talleres de mantenimiento y en las vías afectadas de la Línea Dorada, el director de este organismo, Joel Ortega reconoció que la Línea estaba mostrando fallas antes de ser inaugurada, de hecho, destacó que en las curvas 11 y 12, que comprenden el tramo entre la estación Zapotitlán a Nopalera, los rieles fueron cambiados en Octubre de 2012, un mes antes de que la línea fuera inaugurada por los entonces jefe de gobierno del DF, Marcelo Ebrard, y el presidente de la República, Felipe Calderón.

 

Explicó que antes del 30 de octubre del 2012 se cambiaron 900 metros de vía por desgaste prematuro y 4 mil durmientes que no se ajustaron a las vías o se fracturaron.

 

Una vez que entró en operación se cambiaron otros 4 mil 500 durmientes y 11 mil sujetadores, así como 17 cojinetes,  piezas indispensables para que el tren embone a la vía.

 

“Estaban los documentos de testigos donde se cambiaron 900 metros, eso implica que desde los recorridos de familiarización se había manifestado el problema del desgaste ondulatorio prematuro”, afirmó.

 

Ortega Cuevas detalló que en agosto del año pasado se solicitó al consorcio constructor que hiciera un programa emergente de mantenimiento, debido a que se observó que se la calidad estaba decayendo y se detectaron fallas en las vías.

 

El funcionario capitalino precisó que hubo una notificación por parte de la empresa CAF en la que señalaba que sus trenes se estaban desgatando, así como una advertencia de que si los trenes fallaban era responsabilidad del STC por la operación de los convoyes.

 

Los problemas se agravaron con la entrada en funcionamiento de la Línea, de hecho, en una carta enviada por Joel Ortega, director del STC, a Enrique Horcasitas, director de Proyecto Metro, firmada el 14 de febrero de este año y de la cual tiene copia 24 HORAS, se señala que las alteraciones en el servicio causaron ineficiencia en el desempeño y fiabilidad operacional de la Línea.

 

“Las mayores alteraciones al servicio, causando ineficiencia en el desempeño y fiabilidad operacional de la Línea mismas que no tienen diagnóstico ni propuesta de solución hasta el momento, han requerido implementar esquemas operacionales en la Línea con niveles de seguridad que demandan grandes recursos humanos de este organismo”, indica el escrito.

 

El documento apunta que una de las fallas más delicadas se registró el pasado 28 de enero de ese año, en donde se establece que hubo afectaciones a los circuitos de vía desde la terminal Tláhuac hasta la estación Zapata, incluyendo zonas de maniobra de dicha terminal, lo que afectó la circulación  de los trenes.

 

“La circulación de los trenes se mantuvo lenta causando un retraso de 60 minutos. El evento duró una hora y veinte minutos. Esta situación produjo una degradación en la operación y fue necesario el reinicio de los servidores debido a la pérdida de comunicación con los equipos de pilotaje”, dictamina.