La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) ganó hoy el Premio Nobel de la Paz 2013, por sus “amplios esfuerzos para eliminar” estos arsenales, informó el Comité Nobel de Noruega, y como impulso a su papel en el conflicto de Siria.

 

“Los sucesos recientes en Siria, donde han vuelto a ser usadas armas químicas ha puesto de nuevo de manifiesto la necesidad de incrementar los esfuerzos para eliminarlas”, explicó Thorbjørn Jagland, secretario del Comité Nobel.

 

En el fallo se recuerda que todavía hay países que no han firmado la Convención contra las Armas Químicas y que otros, como EE. UU. y Rusia, no han cumplido los plazos para eliminar sus arsenales.

 

Con sede en La Haya, la OPAQ es la entidad encargada de aplicar la Convención contra las Armas Químicas que entró en vigor en 1997 y que ha sido suscrita por 189 Estados decididos a conseguir un mundo libre de este tipo de arsenales.

 

La decisión a favor de la OPAQ sorprendió a los medios, ya que en la recta final hacia el anuncio del galardón se había perfilado como clara favorita la joven paquistaní Malala Yusufzai, la adolescente de 16 años tiroteada el año pasado por los talibanes por defender la educación femenina en su país.

 

La televisión pública noruega NRK informó sin embargo esta mañana de que el Comité Nobel había decidido que no fuera Malala, por su corta edad, sus escasos logros y la posibilidad de que el premio la convierta en un objetivo terrorista.

 

La OPAQ sigue en la nómina de los Nobel de la Paz a la Unión Europea (UE), ganadora en 2012 del premio internacional más codiciado del mundo por sus logros para el avance de la paz y la reconciliación en Europa, así como el establecimiento de la democracia y los derechos humanos en el viejo continente.

 

Tras el anuncio de hoy queda por conocer el correspondiente a Economía, que se anunciará el próximo lunes en Estocolmo.

 

El Nobel de la Paz es el único que se anuncia y entrega fuera de Estocolmo, por decisión del creador de los premios, el magnate sueco Alfred Nobel, ya que en su época Noruega formaba parte del Reino de Suecia.

 

La ronda de los prestigiosos premios entró ayer en su fase más mediática, con el anuncio del correspondiente a Literatura, que fue para la canadiense Alice Munro, como “maestra del relato corto contemporáneo”.

 

En los días precedentes se dieron a conocer los correspondientes al ámbito científico, ronda que abrió el lunes el de Medicina, que fue compartido por los científicos estadounidenses James E. Rothman y Randy W. Schekman y al alemán Thomas C. Südhof.

 

El martes se anunció el de Física, que se repartió entre el físico belga François Englert y el británico Peter Higgs por haber postulado la existencia de la partícula subatómica conocida como bosón de Higgs.

 

La tanda de los Nobel científicos se cerró el miércoles, con el de Química para el austríaco Martin Karplus, el sudafricano Michael Levitt y el israelí Arieh Warshel, los tres afincados en Estados Unidos.

 

La entrega de los Nobel se realizará, de acuerdo a la tradición, en dos ceremonias paralelas el 10 de diciembre, en Oslo para el de la Paz y en Estocolmo los restantes, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Alfred Nobel.

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