Las principales tribus perredistas ven cada vez con mayor desánimo a Miguel Ángel Mancera.

 

Como gobernante les parece “frívolo”. No lo consideran uno de los suyos. Lo ven muy lejos de la línea progresista que siguieron sus antecesores en la Jefatura de Gobierno –incluidos Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador-. Y piensan que llevarlo como candidato presidencial en 2018 terminaría por hundirlos.

 

El planteamiento no es nuevo, pero los resultados obtenidos por el PRD en la Ciudad de México el domingo 5 de junio –volvieron a quedar por debajo de Morena- azuzaron el malestar de los amarillos.

 

Culpan a Mancera y a Héctor Serrano, junto con su corriente Vanguardia Progresista, de la caída del PRD en la Ciudad de México:

 

-La elección –sostienen– representó un referéndum a la gestión de Mancera. Y lo que tuvo fue un voto de castigo. Eso, además de que su popularidad está por los suelos.

 

-Y Serrano –alegan– “es un pésimo operador”, si tomamos en cuenta la cantidad de recursos que maneja.

 

Buscan candidato presidencial.- Ante esta situación, los jefes de las principales corrientes perredistas han comenzado a buscar otras opciones para la candidatura presidencial.

 

Hablaron ya con Silvano Aureoles para proponerle que sea su abanderado. Pero el gobernador de Michoacán no está convencido de querer lanzarse a esa aventura, en la cual difícilmente obtendría el triunfo. Perdería lo más por lo menos. Se ve difícil que lo lleguen a convencer.

 

A Graco Ramírez, quien se autopromueve un día sí y otro también, ni lo voltean a ver. No les agrada el gobernador de Morelos ni le ven posibilidades de atraer votantes. ¡Al contrario!, consideran que sería un fardo.

 

Por lo que nos adelantan, volverán a invitar a José Woldenberg y a Juan Ramón de la Fuente para ver si en esta ocasión alguno de ellos acepta ser su abanderado en la carrera presidencial.

 

Ahora, si ninguno de ellos acepta, pues no les quedaría otra que volver de nuevo los ojos a Mancera.

 

Para la CDMX sí tienen gallos.- Las principales figuras que podrían ganar la candidatura perredista en la Ciudad de México provienen del propio jefe de Gobierno.

 

Son, digamos, candidatos de Mancera. Ahí se inscriben: Salomón Chertorivski (secretario de Desarrollo Económico del DF y quien encabezó la batalla por el alza en el salario mínimo) y Alejandra Barrales (que ya contendió hace seis años contra el propio Miguel Ángel y perdió).

 

Mancera sumó hace un par de días a estos nombres los de José Ramón Amieva (nadie en el PRD le ve posibilidades) y de Manuel Granados, el “abogado de la ciudad”, hombre de máxima confianza del jefe de Gobierno.

 

Y del lado de las tribus, de Nueva Izquierda concretamente, están impulsando a Víctor Hugo Lobo, jefe delegacional en Gustavo A. Madero.

 

Gemas: Josefina Vázquez Mota está reconsiderando el “no” rotundo a contender por la gubernatura del Edomex. Lo ocurrido el 5 de junio y una posible alianza PAN-PRD pueden llevarla a cambiar de opinión. Por lo pronto, nos dicen, “está escuchando voces”.