Los congresistas demócratas de Estados Unidos propondrán otorgar un estatus legal permanente a cientos de inmigrantes indocumentados que ayudaron tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.

 

Según un comunicado de su oficina, el presidente del Caucus demócrata de la Cámara de Representantes y congresista por Nueva York, Joseph Crowley, presentará la semana que viene una legislación para que todos los que trabajaron y colaboraron en las secuelas del 11-S en Nueva York consigan la tarjeta de residente permanente.

 

Crowley mantuvo que conceder estabilidad migratoria a esos trabajadores, que se calcula que rondan entre 1.000 y 2.000 personas, es una recompensa de sentido común por su ayuda en respuesta a los atentados más sangrientos que ha sufrido el país.

 

“Estos trabajadores proporcionaron servicios fundamentales (…) y sufrieron exposición a toxinas transportadas por el aire y otros peligros. Sin embargo, muchos de ellos todavía carecen de opciones legales de inmigración y han vivido en el miedo a la deportación del país al que han servido”, aseguró el congresista.

 

Esta medida llega después de que el Gobierno del presidente Donald Trump haya insistido en dar prioridad a las políticas migratorias de detención y deportación de los indocumentados.

 

Uno de los beneficiados si esta propuesta sale adelante sería el colombiano Carlos Cardona, un inmigrante indocumentado de 48 años que llegó a EE.UU. en 1986, quedó arrestado el pasado febrero y fue enviado a un centro de detención del estado de Nueva Jersey como parte de su proceso de deportación por haber sido detenido por un caso de drogas en 1990.

 

Sin embargo, el pasado 21 de junio, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, le otorgó la clemencia que había pedido para intentar eliminar el antecedente judicial.

 

Esa medida fue en agradecimiento por la ayuda que Cardona prestó tras el 11-S, en los que el trabajador de la construcción colaboró durante cuatro meses en la limpieza de la llamada zona cero.

 

Esas labores le generaron problemas respiratorios graves, ansiedad, depresión y síndrome de estrés postraumático.

 

El Congreso ya ha intervenido para proporcionar ciertos beneficios a los inmigrantes indocumentados que ayudaron con los esfuerzos de limpieza del 11-S.

 

En 2010, los legisladores promulgaron la Ley James Zadroga, que extendía la indemnización y los beneficios de salud a las víctimas del 11-S y a los trabajadores que respondieron a los ataques, incluso a los indocumentados.

 

Aunque más de cinco años después la Cámara Baja estadounidense volvió a autorizar la ley, ahora la propuesta de los demócratas tendrá más dificultades para aprobarse por la resistencia de los republicanos, que son mayoría, a regularizar el estatus migratorio de los indocumentados.

 

caem