Los pulpos pueden ser una comida perfecta para los delfines, pero también un peligro de asfixia mortal, por lo que estos graciosos cetáceos han desarrollado comportamientos elaborados para prepararlos y consumirlos sin riesgos, según biólogos marinos en Australia.

 

 

Para los depredadores salvajes, atrapar, matar y comer a sus presas puede ser arriesgado, por ejemplo en la sabana africana una patada certera de una cebra sería un problema para un león hambriento, y lo mismo ocurriría en el océano, donde algunas especies están lejos de ser inofensivas.

 

 

Una muestra de ello es un pulpo grande que puede resultar riesgoso para los depredadores, en especial para mamíferos marinos como los delfines que no tienen manos para ayudarse a mantener el control sobre esta presa pegajosa de ocho brazos.

 

 

Una nueva investigación puso de relieve el desarrollo de comportamientos complejos que permiten a los delfines en estado salvaje comer pulpos, mejorando así su capacidad de sobrevivir y reproducirse, ya que se enfrentan a muchas amenazas en los océanos.

 

 

En 2015, un delfín adulto macho fue hallado muerto en una playa de Bunbury, en el suroeste de Australia, con brazos de pulpo en su boca, pero la sorpresa fue mayor cuando un examen veterinario reveló que había sido sofocado hasta la muerte al intentar comer un pulpo.

 

 

Por extraño que parezca, este no es el primer caso que ha ocurrido pues se tienen registras varias observaciones en todo el mundo de que los delfines tienen dificultades mientras luchan por comer un pulpo, que puede llegar a ser muy grande con brazos de más de un metro de largo.

 

 

Cada uno de los brazos de un pulpo tiene potentes ventosas en forma de copa de succión en la parte inferior, que normalmente utiliza para ayudarse a capturar a sus presas. Sin embargo cuando es atacado por un delfín, usa sus extremidades para defenderse enganchándose a la piel suave de los delfines.

 

 

Cuando esto sucede, los delfines saltan rápidamente fuera del agua tratando de quitarse al pulpo, pero el verdadero problema es que sus ventosas permanecen activas aun cuando el octópodo esté herido de muerte.

 

 

Un equipo de biólogos marinos aseguran que los delfines –machos y hembras, adultos y jóvenes- han encontrado una manera de controlar a los pulpos para alimentarse, gracias a observaciones que realizaron entre marzo de 2007 y agosto de 2013 en la costa de Bunbury.

 

 

Durante estos eventos, se observaron a delfines sacudiendo y lanzando a pulpos sobre el agua. En algunos casos, el cazador agarró a la presa con los dientes antes de golpearla con la superficie del mar, lo cual le ayudó a matarla y romperla en pedazos más pequeños y digeribles.

 

 

En otros casos, el pulpo fue arrojado a través de la superficie del agua antes de ser recapturado y lanzado de nuevo, señalan los investigadores y explican que lanzan a los pulpos para evitar que se adhieran a sus cuerpos.

 

 

Esto ayuda a desgastar las respuestas reflejas de los pulpos y ya que han sido maltratados lo suficiente como para que sus peligrosos brazos respondan, entonces los delfines proceden a comer, destacan los científicos, citados por la cadena australiana de noticias ABC.