Cruz Azul, de una u otra forma se las ingenia para hacerlo una y otra vez. Ahora tuvo que perderse la Liguilla que no debía, la que le serviría como preámbulo al Mundial de Clubes, la que lo tendría en ritmo y competencia para llegar afilado a un evento al que ahora tendrá que asistir con las piernas frías, luego de poco más de tres semanas de inactividad oficial que pasarán, desde su eliminación el pasado sábado contra la UdeG, hasta su debut el próximo 13 de diciembre ante el Western Sydney Wanderers FC.

 

¿Y el Cruz Azul que terminó líder del Clausura 2014? Ni quién lo recuerde. En seis meses los cementeros se encargaron de mostrar su peor cara. Décimo terceros generales con una productividad que apenas les dio para 21 unidades y convertir 16 goles. Lo peor: la inactividad en competencia oficial que tanto le pesa a cualquier equipo del planeta; después, medir fuerzas ante el  joven, con apenas  dos años de existencia, Western Sydney Wanderers FC. Si ganan, el 16 de diciembre se miden ante el Real Madrid, campeón de Europa.

 

Lo dice su rendimiento. Empezando por una zaga venida a menos desde el arco mismo. Y ni hablar del medio campo. Ahí donde Marco Fabián fue tan oscuro, que la directiva celeste, tan segura que estaba de pagar a Chivas siete millones de dólares por el ocho azul, hoy está lejos de ofrecer la mitad por el volante. Ya ni decir de Gerardo Torrado y Christian Chaco Giménez, venidos a menos por el pasar de los años.

 

Sin duda, lo peor es en el ataque, donde el “goleador” del equipo Mariano Pavone, apenas convirtió cuatro tantos. Ni hablar de Mauro Formica que anotó uno y Joao Rojas, quien mostró un notable descenso en su nivel.

 

Es el tino azul, presto a fallar en el momento menos indicado como el que se le viene el próximo diciembre: el Mundial de Clubes, su cita internacional más importante en el nuevo milenio. Habrá que ver qué es lo que le tiene preparado a una muy sufrida afición que desde años sólo sabe de azul amargo.