Hace un año el Plaza Condesa explotó bajo la mística de la música balcánica. Ese hechizo poderoso se contagió bajo la magia de Klezmerson, Triciclo Circus Band, De Leon, Cirko de Mente y Golem. Con un sold out se cerró la segunda edición de un festival único en la Ciudad de México.

 

Este 2014, su tercer edición se presentó renovada, reinventada y exquisita. Estamos a sólo unos días de vivirla.

 

El porqué nos hechizo a todos

 

La música balcánica (con todas su variantes) no sólo ha sido bien recibida en México sino adoptada con cariño hasta hacerla casi propia, no es coincidencia pues las bandas de aliento forman parte de nuestro folclor musical desde hace dos siglos. Curiosamente el inicio del furor por estos ritmos gitanos puede ubicarse en 1995 con esa obra maestra llamada Underground del emisario por excelencia de la tradición balkan, Emir Kusturica.

 

Su No Smoking Orchestra fue la llave para desatar una adicción que tuvo el momento perfecto al generarse un boom mundial sobre el género. Si alguna duda cabe sobre el impacto que tiene en nuestro país, la reciente visita de Goran Bregovic puso de cabeza todo lugar donde se presentó y ni la torrencial lluvia detuvo sus presentaciones con llenos totales.

 

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