El 8 de enero, elementos del Ejército aseguraron en una colonia popular de Hermosillo, Sonora, un misil aire-aire con una cabeza explosiva. Se trata de un cohete MK40, con una cabeza calibre 2.75 pulgadas, que estaba en posesión de un hombre de 41 años. Este tipo de misil es utilizado por la fuerza área de Estados Unidos en combates aéreos.

 

La tarde del jueves 8 de marzo, en Saltillo, Coahuila, una granada disparada por un lanzacohetes detonó en la esquina de Francisco Murguía y Francisco I Madero, en el centro de esa ciudad. El artefacto dañó tres vehículos, entre ellos una patrulla de la policía municipal. Los cristales y las esquirlas de la granada lesionaron a un hombre y a una mujer. Lo anterior provocó un enfrentamiento en el que fueron asegurados dos lanzacohetes.

 

El martes 16 de octubre pasado, la Armada decomisó dos cohetes antitanque de mano, conocidos como RPG-7, a Miguel Ángel Rodríguez Díaz, presunto jefe de Los Zetas en la zona norte de Coahuila.

 

El 21 de octubre, agentes del Grupo de Armas y Tácticas Especiales, del gobierno de Coahuila, se enfrentó a una banda de delincuentes que estaban armados con tres cohetes de fabricación rusa. Tras una balacera, en Piedras Negras, los delincuentes estrellaron una camioneta y huyeron. Los agentes encontraron en el interior del vehículo, robado en San Antonio, Texas, tres cohetes antitanque con sus cargas propulsoras, en conjunto con un lanza cohetes de hombro RPG-7, una pistola lanzagranadas de manufactura artesanal calibre .40 y una granada.

 

 

 

 

Los RPG-7 también pueden tirar helicópteros y fueron utilizados para este fin en el episodio de los helicópteros Black Hawk, en Somalia, en 1993.

 

El 4 de junio de 2011, elementos de la Octava Zona Militar aseguraron una bodega en Camargo, Tamaulipas, donde encontraron dos vehículos blindados, conocidos como Monstruos, y 24 unidades de carga más, al parecer, también blindadas. Los Monstruos soportan balas calibre .50 y granadas 40 milímetros, debido a que están hechos con placas de acero de una pulgada de espesor.

 

Desventaja obligada

 

En el país se observa el uso cotidiano de armas, como las R-15 y AK-47, ametralladoras calibre 7.62 mm., explosivos C-4, cohetes antitanque M72 y AT-4, lanzacohetes RPG-7, lanzagranadas MGL calibre 37 mm., granadas de 37 y 40 mm., además de fusiles Barret calibre .50 y armas con capacidad para disparar municiones calibre 5.7 x 28, capaces de penetrar distintos tipos de blindajes, por lo que se conocen como matapolicías.

 

Se trata de algunas de las armas más utilizadas en conflictos armados y prohibidas por tratados internacionales.

 

Los cohetes RPG-7, por ejemplo, tienen un alcance de hasta 900 metros y algunas veces se usan como una forma de artillería. En Estados Unidos les preocupa el hecho de que los narcotraficantes puedan lanzar estos cohetes por arriba del Río Bravo hacia las ciudades vecinas.

 

En México, las fuerzas armadas tienen que enfrentar esta amenaza con armamento orgánico, como fusiles de asalto y armas cortas, poder de fuego muy inferior al que representa los lanzacohetes rusos, fusiles para francotiradores tipo Barret y misiles antiaéreos.

 

Las armas de combate o de apoyo consideras por el Ejército son el fusil Barret, también llamado Cincuenta Ligero por su calibre .50 (12.7 mm); la FN Minimi, una ametralladora ligera de origen belga; la HK-21, una ametralladora alemana calibre 7.62 mm, basada en el fusil de asalto HK G3, este ultimo utilizado como arma orgánica en operaciones urbanas, y el lanzagranadas estadunidense MK-19 calibre .50 mm, usada durante la Guerra de Vietnam.

 

Particularmente, armamento bélico ha sido asegurado en el noreste del país, principalmente en Coahuila, plaza en disputa entre el Cártel de Sinaloa, de Joaquín El Chapo Guzmán, y Los Zetas, de Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40.

 

 

Víctimas colaterales

 

La falta de equidad armamentista entre los criminales y las fuerzas armadas ha provocado que “mucha gente inocente se vea afectada (…) porque los sicarios bajo las órdenes del narco no saben usarlas y mucho menos saben darle el mantenimiento necesario”, afirman fuentes militares.

 

“Esa leyenda urbana de que la delincuencia organizada tienen mejores armas que el Ejército es totalmente falsa, porque se cuenta con el poder (de fuego) pero no podemos utilizarlas”, dijo un encargado del Escalón de Mantenimiento del armamento del Ejército y Fuerza Aérea, del Complejo Industrial de Tecamachalco.

 

De acuerdo con datos de la Sedena, alrededor del 70% de las armas aseguradas a los narcotraficantes provienen de Estados Unidos, mientras que otro porcentaje proviene de Centroamérica.

 

Se sabe que miles de cohetes RPG-7 fueron usados por todo el mundo en la guerra fría en la década de 1980. Sin embargo, en los últimos años, pandillas han robado muchas de estas armas en Nicaragua, El Salvador y Honduras para venderlas en el mercado negro.

 

Tan sólo el gobierno de Honduras reportó en 2010 la pérdida de 22 cohetes RPG-7. La policía de ese país reveló este año que los operativos zetas estaban enfocados en Tegucigalpa a la compra de armamento.

 

 

 

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