El español Juli Soler, impulsor junto al chef Ferran Adrià del restaurante El Bulli, de la localidad de Cala Montjoi, Roses en Girona, que fue reconocido como el mejor del mundo antes de su cierre en 2011, falleció la noche del domingo a causa de la enfermedad que sufría, informaron fuentes próximas a la familia.

 

Soler tenía 66 años y murió en su casa en Rubí, de donde era originario. Padecía desde hacía más de dos años una enfermedad neurodegenerativa que le obligó incluso a alejarse de El Bulli Foundation, proyecto de Adrià tras el cierre del restaurante, donde también trabajaba.

 

Adrià se sumó a la cocina del establecimiento cuando Soler era director y tras asociarse desarrollaron un nuevo concepto gastronómico que obtuvo todos los reconocimientos internacionales y se volvió el nuevo referente de la cocina mundial desde Cataluña, España.

 

Soler fue menos mediático que Adrià, sin embargo en la gastronomía internacional muchos de sus colegas le recuerdan y ofrecen condolencias a su familia y destacan la pérdida que deja al gourmet contemporáneo.

 

Numerosas muestras de afecto no se hicieron hecho esperar en redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram.

 

Su gran amigo y socio, el chef Ferran Adrià, que apenas presentó un proyecto junto a su hermano y el fundador del Cirque du Soleil.

 

 

El chef asturiano José Andrés, quien fue parte de aquel equipo del Bulli y que actualmente es uno de los cocineros más respetados en Estados Unidos, le recuerda como maestro.