En la calle Juan Pablo II, en la colonia Guadalupe Inn, el pasto en las jardineras brilla en un tono verde esmeralda. No es que de una semana a otra la hierba haya crecido o el fertilizante haya resultado especialmente efectivo, es que ante la llegada del primer papa latinoamericano, Francisco I, a México, la delegación Álvaro Obregón está corriendo contra reloj para tener la colonia presentable. El primer paso fue pintar el pasto.

 

Desde hace aproximadamente un mes, la delegación Álvaro Obregón está llevando a cabo una intervención en la imagen urbana de la colonia Guadalupe Inn, donde se encuentran las instalaciones de la Nunciatura Apostólica, en las cuales pernoctará el papa Francisco durante su visita en nuestro país.

 

Foto: Daniel Perales

 

 

El director General de Servicios Urbanos de la delegación, Jesús García Landero, dijo a 24 HORAS que en las primeras dos fases de su intervención en la colonia se ha dado mantenimiento a 57 luminarias y cuatro monumentos, se han retirado 624 piezas de propaganda, y se ha realizado la poda de árboles y mantenimiento de camellones, entre otras acciones

 

Esta intervención es rutinaria -según el funcionario- y estaba programada para llevarse a cabo entre marzo y abril; sin embargo, ante la llegada de Jorge Mario Bergoglio las labores se adelantaron.

Foto: Daniel Perales

 

“En ex profeso para la visita del Papa tenemos una fase tres dentro del propio dispositivo, están consideradas algunas actividades: el barrido manual y mecánico, riego de las áreas verdes, monitoreo del alumbrado público, la correcta operación de las luminarias y la recolecta de basura domiciliaria”, comentó en entrevista.

 

La última vez que un Papa pernoctó en la casona de la colonia Guadalupe Inn fue en agosto de 2002, siendo pontífice Juan Pablo II.

 

Foto: Daniel Perales

 

Arreglo exepcional

 

Vecinos de Guadalupe Inn compartieron que en el último mes su colonia ha sufrido una serie de modificaciones que los tendrían muy satisfechos de no ser porque llegan sólo unas semanas antes de la visita de Francisco: los baches fueron reparados, todas las luminarias sirven, hay pasto y flores nuevas en los camellones y las banquetas lucen recién pintadas y reparadas con concreto hidráulico.

 

El antes y el después de la visita del Papa es evidente. En las imágenes que capturó Google Maps en octubre de 2015 los árboles lucen sin podar, las banquetas cuarteadas y la pintura de las casas, vieja. Sobre el enrejado del edificio de la Nunciatura crece una enredadera escuálida.

Foto: Daniel Perales

 

“Hace poco más de un mes están haciendo arreglos de todo, antes era un relajo el cablerío porque estaba poco uniforme y las jardineras estaban vacías, ahora el camellón se ve muy bien”, platicó Cynthia Solís, abogada que tiene su despacho en la calle de Juan Pablo II.

 

Entre el 9 y el 17 de febrero, los vecinos, oficinistas y comerciantes que viven y trabajan en la zona verán afectada su vida cotidiana durante la visita del Papa, pues el acceso estará restringido y sólo podrán pasar -mostrando identificación oficial- a las calles Felipe Villanueva, Juan Pablo II y Manuel M. Ponce quienes se hayan registrado ante el Estado Mayor Presidencial con sus nombres, modelo, color y placas de automóvil.

Foto: Daniel Perales

 

Alejandro Gómez, estilista de 56 años, quien tiene su negocio en la calle Manuel M. Ponce desde hace dos décadas, tendrá que concertar sus citas por teléfono, pedirles a sus clientes que traigan su credencial para votar y deberá pasar a recogerlos en los cercos de seguridad, para que la seguridad presidencial los deje pasar a cortarse el pelo.

 

Se dijo extrañado de las medidas de seguridad pues, según recuerda, en ninguna de las tres veces que Juan Pablo II pernoctó en el edificio de la Nunciatura hubo medidas de seguridad tan “extremas”.