El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, inicia hoy próximo su cuarto mandato junto a su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta, con control casi total del parlamento, aunque limitado económicamente por la cada vez más escasa ayuda de Venezuela.

 
El líder sandinista, de 71 años, fue elegido en noviembre para un tercer periodo consecutivo con 72.5% de los votos en unas elecciones cuestionadas por la oposición, mientras que su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), obtuvo 71 de las 92 bancas del parlamento unicameral.

 
Pero el entorno económico es difícil para Ortega, debido a la reducción de la cooperación venezolana y la amenaza de legisladores de Estados Unidos de impulsar una ley que condicionaría los créditos de organismos multilaterales a que Managua realice cambios políticos.

 
Entre 2007 y 2016 la cooperación venezolana sumó unos 4.800 millones de dólares, en virtud de un acuerdo de suministro de petróleo en condiciones ventajosas para Managua. Los fondos de la generosa cooperación de Caracas permitieron a Ortega impulsar programas sociales que redujeron la pobreza de 45 a 29% de la población, según cifras oficiales avaladas por el Banco Mundial.

 
Sin embargo, tras la caída de precios del crudo, el flujo de esa ayuda ha decrecido en más de 50%. Por otra parte, las denuncias de la oposición sobre violaciones de derechos humanos y un supuesto fraude en la elección, mantienen latente la aprobación de la denominada Nica Act en Estados Unidos.

 
Los grupos políticos de oposición, que fueron excluidos del proceso por una maniobra legal, no reconocen los resultados de los comicios y advierten que mantendrán la presión. “Vamos a seguir demandando que se hagan todas las reformas del sistema electoral y político para que se respete el voto de la gente y repitamos las elecciones”, dijo la dirigente del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Violeta Granera.

 
“Daniel Ortega está desacreditado dentro y fuera de Nicaragua, pero la sociedad no está cohesionada para exigirle que se vaya y no siga violando la Constitución”, explicó el sociólogo y catedrático Cirilo Otero.

 
El especialista, integrante del llamado Grupo de los 27 que componen intelectuales, políticos y grupos cívicos, destacó que los problemas económicos no son percibidos de manera clara por la población, porque la situación es atenuada por las remesas familiares, la migración al exterior, los préstamos internacionales y un sistema de prebendas que mantiene aceitado el gobierno.