WASHINGTON. Tras una ronda de negociaciones “con progresos”, el gobierno estadunidense mantiene su confianza en el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, pese a la oposición manifiesta del Congreso, con mayoría opositora republicana.

 

La secretaria asistente de Estado estadunidense Roberta Jacobson, y la directora general para Estados Unidos de la cancillería cubana Josefina Vidal, quienes encabezaron las respectivas delegaciones, reportaron avances en su encuentro en La Habana la semana pasada.

 

“Progresamos en entender los temas de importancia para cada uno de nuestros gobiernos”, señaló Jacobson en entrevista con la cadena MSNBC.

 

La funcionaria dijo que en diplomacia, esos pasos pequeños son “increíblemente importantes”, debido a que ninguna de las delegaciones sabía qué temas llevaría la contraparte.

 

Jacobson destacó que para Estados Unidos es de importancia “crítica” que los cubanos tengan libre acceso a su eventual embajada, sin que funcionarios cubanos “tomen sus nombres”, y que el personal diplomático tenga libertad de desplazarse a cualquier lugar en la isla “e interactuar con el pueblo cubano”.

 

Su contraparte cubana respondió que su gobierno no tiene problema con ese punto, y en entrevista por separado con el mismo medio, dijo que la vigilancia en la representación estadunidense en La Habana se reforzó por protección desde el 11 de septiembre de 2001.

 

“Ellos dicen que tan pronto como se conviertan en embajada, les gustaría ver más flexibilidad”, remarcó Vidal, quien agregó que se propuso a la delegación estadunidense abordar el tema por separado con las autoridades encargadas de la seguridad y protección.

 

Vidal subrayó que para Cuba es prioritario que sus representantes en Estados Unidos tengan servicios bancarios como el uso de crédito y chequeras, pues en la actualidad sólo pueden usar efectivo.

 

“El Congreso (estadunidense) tiene que facilitar todo lo que la diplomacia de un país necesita para funcionar con normalidad”, remarcó.

 

Jacobson respondió que el tema de los servicios bancarios para sedes diplomáticas es una responsabilidad recíproca de los gobiernos, que se ha tratado de resolver ya desde hace tiempo.

 

La funcionaria subrayó que el restablecimiento de relaciones diplomáticas forma parte de las facultades del Ejecutivo, pese a la manifiesta amenaza de la oposición republicana en el Congreso.

 

El senador republicano Lindsey Graham, quien preside el Comité de Asignaciones del Senado, amenazó con no autorizar el financiamiento para establecer la embajada en La Habana, mientras el cubano- estadunidense Marco Rubio advirtió que se asegurará de que el Senado no confirme al designado presidencial para ser embajador en Cuba.

 

La también cubano-estadunidense Ileana Ross-Lehtinen destacó el viernes pasado que sólo aprobaría la petición del presidente Barack Obama al Congreso de levantar el embargo económico a Cuba, si se cumplan tres condiciones.

 

Reclamó que el régimen del presidente cubano Raúl Castro esté dispuesto a celebrar elecciones multipartidistas, garantizar la libertad de expresión y excarcelar a todos los opositores políticos.

 

El embargo a Cuba compete al Congreso, porque su aplicación obedece al mandato de seis legislaciones que datan de 1917, 1961, 1963, 1992, 1996 y la última relativa a sanciones para exportaciones del año 2000.

 

Jacobson destacó en entrevista con la cadena CNN que si bien hay algunas partes del proceso de normalización de relaciones que requieren consultar al Congreso, “podremos avanzar las relaciones diplomáticas que están en el ámbito del Ejecutivo”.

 

Expresó su expectativa por convencer a los legisladores de que los objetivos de Estados Unidos son los mismos, que la política hacia Cuba no funcionó durante 50 años y que la administración Obama no tiene “ninguna ilusión” de cambios rápidos dentro del gobierno cubano.

MG