Una firma de seguridad que opera en México descubrió nuevos secretos de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés) y se espera una nueva publicación masiva de información confidencial que dañará aún más la golpeada imagen de los espías cibernéticos estadunidenses y de su gobierno, de acuerdo con The Washington Free Beacon.

 

Este fin de semana las autoridades estadunidenses esperaban que un medio estadunidense publicara los documentos y pisoteara un poco más la dañada reputación de los vigilantes estadunidenses que han violado la soberanía de varias naciones aliadas y enemigas, además de que han puesto especial vigilancia en las comunicaciones de sus líderes (eso incluye a Enrique Peña Nieto e incluso a Felipe Calderón).

 

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Bill Gertz dice que oficiales estadunidenses le confiaron la preocupación de la NSA y señalaron México como el foco de su nueva crisis, una crisis que se avecina y que amenaza con revivir el escándalo que desató Edward Snowden con sus revelaciones.

 

Gertz explica que Estados Unidos espera que la filtración salga en cualquier momento a la luz pública y por eso están preparándose para minimizar el impacto o el daño que pueda causarles esta nueva información.

 

En esta ocasión, le dijeron los oficiales, no se trata de un robo de información, como el que se le endilga a Snowden. Creen que en esta ocasión unos técnicos mexicanos descubrieron por casualidad un esquema de espionaje de la NSA, aunque no quisieron dar más detalles de sus hipótesis. Pero están seguros de que la empresa contactó a un medio estadunidense para ofrecerle la información que consiguieron.

 

Hasta ayer por la tarde todavía no se sabía nada de las prácticas ilegales de los hackers estadunidenses descubiertas en México, aunque los sitios especializados en seguridad cibernética estaban atentos a cualquier pista que surgiera desde los medios masivos. La NSA y el gobierno de Estados Unidos guardaban silencio ante la amenaza.

 

En este medio informamos en octubre de 2013, que algunos documentos que desclasificó Der Spiegel, confirmaban la existencia de la oficina de Operaciones de Acceso a la Medida (TAO, por sus siglas en inglés), el grupo de mercenarios cibernéticos que trabaja bajo las órdenes del gobierno de Estados Unidos.

 

TAO es una división de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA), que hasta hace poco era un secreto celosamente guardado. TAO desarrolló el proyecto FLATLIQUID, una operación contra la oficina de la Presidencia de México, que resultó ser una fuente “lucrativa” de “señales de inteligencia” (SIGINT).

 

A finales de mayo de 2010, TAO exitosamente explotó una vulnerabilidad en el servidor de correos de la Presidencia de México, con lo que obtuvo acceso por primera vez a la red del presidente Felipe Calderón.

 

Mathew M. Aid, en Foreign Policy, dijo en junio de 2013 que la misión de TAO es simple: recolectar información de inteligencia en objetivos extranjeros, hackeando computadoras y sistemas de telecomunicaciones, robando passwords, hurtar datos almacenados en discos duros, copiar todos los mensajes y tráfico que pasa por los correos electrónicos del target y cualquier cosa que quieran sus jefes.

 

Desde su creación en 1997, recuerda Aid, TAO tiene la reputación de obtener la mejor información de inteligencia de Estados Unidos, no sólo de China y México, también de grupos terroristas, actividades de espionaje contra Estados Unidos, armas de destrucción masiva, y de los últimos desarrollos económicos, políticos y militares.

 

Este ejército de hackers a las órdenes de Estados Unidos es apenas una muestra de la ofensiva que ha lanzado esa nación en el ciberespacio. Por eso resulta de gran interés conocer qué fue lo que se descubrió en México, qué empresa lo encontró, en qué condiciones y qué es lo que estaban mandando a Estados Unidos.

 

También resulta muy interesante saber que pocos medios en Estados Unidos y prácticamente ninguno en México, hablaban de la crisis que enfrentaba este fin de semana la NSA ante el temor de que nuevas revelaciones salieran a la luz e hicieran que nuevos cuestionamientos a su alrededor se esparcieran. (En esta ocasión no es miedo de perder publicidad, como sucede en el caso de las televisiones espía de Samsung).