El incremento de la deuda y de los impuestos, así como recortes a programas sociales y de infraestructura serían las primeras respuestas que el gobierno tendría que adoptar si persiste la caída en el precio de la mezcla mexicana de exportación hasta llegar a los 40 dólares en 2015, advierte un análisis elaborado por el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés).

 

El reporte Desbordamientos de la Caída del Petróleo: Los riesgos para México y Estados Unidos, de la que se considera una de las organizaciones privadas más influyentes en la política exterior de la Unión Americana, señala que con la caída en el precio del petróleo mexicano –que actualmente se ubica ya cerca de los 50 dólares por barril– las coberturas petroleras serán insuficientes para compensar la disminución en los ingresos federales después de 2015.

 

“México se protege de la caída en los precios a través de instrumentos financieros que garantizan un precio fijo por algunas de sus ventas petroleras. Pero esta protección está lejos de ser integral, particularmente contra algún declive que se prolongue por más de un año”, advierte el reporte.

 

El centro de investigación con sede en Washington señala que si los precios del petróleo caen a 40 dólares por barril en 2015, el porcentaje de ingresos que aporta Pemex al gobierno federal mexicano pasará de 28% en 2014, a poco más de 20% el próximo año, un declive de más de 16 mil millones de dólares.

 

El incremento en la deuda externa sería la primera respuesta para compensar una caída en los precios del crudo que se prolongue por más de un año. El gobierno mexicano podría aprovechar calificaciones crediticias favorables con las que cuenta actualmente –Standard & Poor’s subió la calificación de México a BBB+ en 2013–.

 

Sin embargo, el CFR advierte que el exceso de confianza en la capacidad del gobierno mexicano para pedir prestado podría impedir a los políticos estar conscientes de los riesgos que conlleva elevar la deuda, como generar incertidumbre en los inversionistas extranjeros, que limitarían el flojo de capital al país y “México podría verse forzado a incrementar sus ingresos (carga fiscal) o a recortar el gasto, en el caso de una crisis petrolera”.

 

El CFR advierte que otra opción sería incrementar los impuestos. Pese a la Reforma Fiscal aprobada en 2013, con la caída en los precios del crudo medidas como la homologación del IVA en la frontera serán insuficientes.

 

“Otras opciones incluyen aumentar el impuesto sobre la renta, el IVA, y el cobro de impuestos a alimentos y medicinas (medida excluida en la última reforma), además de introducir un impuesto estatal o en propiedades”, precisa el estudio.

 

El gobierno mexicano también podría recurrir al recorte de diversos gastos programados en su presupuesto, pero destaca que estas medidas tendrían un alto impacto tanto social como político, ya que podría haber recortes a programas sociales y de infraestructura.

 

Si los precios del petróleo caen a 40 dólares por un periodo de tres años, existiría un déficit presupuestal de 2% del PIB en 2016 y 2017, que si es ajustado por medio de recortes al presupuesto podría disminuir hasta 30% la inversión pública.

 

Ingresos petroleros

 

Las ventas de petróleo al exterior representan actualmente 28% de los ingresos totales del país.

 

Este porcentaje bajaría a poco más de 20% el próximo año si el precio cae a 40 dólares por barril.

 

Se aproxima crudo mexicano a los 50 dólares

 

La semana pasada, la mezcla mexicana de petróleo se aproximó rápidamente a un nuevo nivel, el de los 50 dólares al acumular en ese lapso una pérdida de 12.5%.

 

Del 1 al 12 de diciembre el precio del crudo nacional acumula una caída de 17%, al pasar de 62.26 dólares por barril a 51.62 dólares el viernes pasado.

 

El 28 de noviembre, el titular de la Secretaría de Hacienda, Luis Videgaray, había dicho que el crudo mexicano no bajaría de 65 o 66 dólares.

 

El viernes pasado el precio del petróleo registró una caída significativa de 3.92% respecto a la jornada previa, e incluso supero las bajas que registraron el WTI y el Brent, de 3.57 y 2.87%, respectivamente.

 

Con un precio de 51.62 dólares, la cotización de la mezcla mexicana acumula una caída de 49.5% desde los niveles máximos de junio pasado.