GUADALAJARA. En México, un país con una gran tradición de música ranchera, ampliamente ligada a los mariachis, el género vernáculo se encuentra en una severa crisis. Gabriel Abaroa Jr., presidente de la Academia Latina de la Grabación, advirtió que es preocupante que en la escena musical mexicana existan sólo cinco o seis figuras representativas del género, sin mencionar el poco interés de los compositores más jóvenes por abarcar dicha tradición.

 

 

“Actualmente la música mexicana sólo es visible con figuras como Pepe Aguilar, Alejandro Fernández, Aida Cuevas, Vicente Fernández, aunque semiretirado, y Pedro Fernández. ¡Es preocupante como en un país de música ranchera no podamos pasar de esos nombres!”, dijo Abaroa Jr. en una entrevista con 24 HORAS en el marco de la Feria Internacional de la Música, FIMPRO, cuyas actividades concluyeron ayer en esta ciudad.

 

 

“Es como para decir, ¿dónde están los jóvenes que se sienten orgullosos de cantar este tipo de música?”, agregó.

 

 

Abaroa Jr. señaló que cada vez hay menos compositores que quieran seguir los pasos de creadores de grandes piezas del cancionero popular mexicano como José Alfredo Jiménez, Martín Urieta, Mario Molina o Manuel Esperón.

 

 

“¿Dónde están los jóvenes que se sienten orgullosos de cantar este tipo de música? No lo sé, hay que encontrarlos, hay que ayudarles, y después surge algo que es muy importante: ¿y cómo van a aparecer si no hay estaciones de radio especializadas en ese género?”, apuntó el experto.

 

 

El presidente de la Academia Latina de la Grabación, organizadora de los Latin Grammy, señaló que la música urbana, como el reggaetón, ha ganado terreno en las estaciones de radio, y advirtió que es el Estado mexicano el que debería estar preocupado porque un elemento de la cultura mexicana esté en un profundo bache.

 

 

“La música ranchera no es música pop, no es tan sólo de una región, es una música que refleja nuestra cultura, es como si desapareciera el tequila o la charrería”, dijo. Empero, Abaroa Jr. destacó que, pese al panorama tan desolador, la música ranchera sigue teniendo eco entre las generaciones más jóvenes.

 

 

“No podemos permitir que una música que nos distingue como nación suene sólo en el final de las borracheras”, concluyó.