WASHINGTON.- La política de comunicación de la Casa Blanca ha generado descontento entre los miembros de la prensa debido a las restricciones para realizar su trabajo.

 

 

El punto más álgido se registró el pasado lunes, cuando el Secretario de Prensa, Sean Spincer, prohibió a los periodistas usar cámaras o grabadoras durante una reunión. La Casa Blanca justificó esta medida diciendo que estos encuentros eran informales, por lo tanto no requerían de material audiovisual.

 

 
Jim Acosta, corresponsal de CNN en la Casa Blanca, levantó la voz ante la prohibición del lunes pasado: “Estamos siendo testigos de una Casa Blanca que está bloqueando a los medios”, señaló vía Twitter.

 

 

Incluso sugirió dejar de acudir a estas reuniones de prensa, según un reporte de Huffington Post.
Una periodista de The Atlantic, Rosie Gray preguntó ayer por qué se había prohibido el acceso de las cámaras de televisión a la conferencia de prensa diaria del portavoz de Trump y el jefe estratega Steve Bannon respondió, mediante un mensaje de texto que “Sean (Spiencer) ha engordado”.

 

 

Todo comenzó la semana pasada luego de una conferencia de prensa en la que se le preguntó a Spicer si Trump cumpliría con su promesa de testificar bajo juramento en el caso del Rusiagate. Desde esa intervención la prensa no ha tenido el acceso y los recursos habituales para cubrir dichos encuentros, de acuerdo con el Diario de Nueva York.

 

 

Trump no ha participado en una conferencia de prensa desde febrero, y su última entrevista fue hace cinco semanas con un presentador de Fox News. Hace un mes amenazó con poner fin a las ruedas de prensa de la Casa Blanca, tras lo cual su equipo ha minimizado esos encuentros con los periodistas.

 

 

En medio de versiones acerca de que se barajan cambios en el equipo de comunicación, en una muestra de la tendencia al secretismo en la Administración, el portavoz de la Casa Blanca volvió ayer a someterse al escrutinio de las cámaras, por primera vez en ocho días, en una conferencia de prensa programada cuatro horas antes y que fue apenas la quinta de este mes que se ajustó a ese formato tradicional.

 

 

“La conferencia de prensa solo es un aspecto de lo que hacemos. Estamos aquí desde muy pronto por la mañana, hasta muy tarde por la noche, y respondemos preguntas”, defendió Spicer desde el podio.

 

 

El portavoz de Trump ha tenido una relación combativa con la prensa desde su primer día entero en el cargo, el 21 de enero, cuando se estrenó en el podio para fustigar a los periodistas por su cobertura de la investidura del mandatario y acusarles de haber ocultado el tamaño de la multitud que acudió a verla.

 

 

Desde una Casa Blanca que ha llegado a argumentar que defiende “hechos alternativos” a los de la prensa, Spicer se ha quejado una y otra vez sobre la cobertura “negativa” y “desmoralizante” que, a su juicio, la mayoría de los medios generalistas hacen sobre Trump.