Las mujeres son víctimas de muchos tipos de violencia en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres mujeres asesinadas muere a manos de su pareja, mientras que se producen en torno a 5 mil asesinatos cada año por cuestiones de honor, sobre todo en Oriente Medio y el sur de Asia.

 

Algunos casos a veces son primera página de los periódicos, como el de la niña paquistaní de 14 años asesinada este mes por sus propios padres, que al sospechar que mantenía una relación con un chico la rociaron con ácido, un tipo de agresión que se cobró las vidas de 943 mujeres en Pakistán el año pasado.

 

Miles de indias mueren cada año por agresiones ligadas al impago de sus dotes, pese a que estas son ilegales, y el matrimonio infantil afecta al 56% de las féminas rurales, mientras que más de 14 millones de niñas son víctimas de casamientos forzosos antes de los 18 años en el África subsahariana.

 

Más de 3 millones de niñas sufren cada año el riesgo de mutilación genital en África, según ONU Mujeres. Otro tipo de violencia es la que se ejerce en los conflictos armados, donde según la OMS la violencia sexual es empleada como un arma de guerra.

 

La violencia dentro de la pareja es una de las formas de agresión más usuales en el mundo occidental, donde pese a las campañas de concienciación, la protección a las víctimas y el endurecimiento de las leyes el problema parece estar en aumento.

 

En el Reino Unido hay una media de tres incidentes de violencia doméstica cada minuto, pero las autoridades calculan que sólo se denuncian un 40% de los casos, mientras que en Francia un 2% de las mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia machista en los dos últimos años.

 

En Rusia, el concepto de violencia familiar no figura en el código penal ni en el civil, y en China los datos son muy escasos. Un estudio de la estatal Academia China de Ciencias Sociales asegura que un tercio de las mujeres chinas han sufrido violencia física, psicológica o social.

La OMS también ha denunciado los asesinatos sistemáticos de mujeres, especialmente en Latinoamérica, y cita los de al menos 400 durante la última década en Ciudad Juárez, México, o de otras 700 en 2008 en Guatemala.

 

En América Latina destacan los avances logrados en Brasil, donde han sido condenadas 100 mil personas desde que se aprobó en 2006 una severa legislación contra la violencia doméstica y se han recibido 2.7 millones de llamadas en el servicio telefónico para la recepción de denuncias que opera desde ese mismo año, según Amnistía Internacional.

 

América Latina, avances en legislación y atrofio en aplicación

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos reconoció hoy los avances en el continente americano en la adopción de leyes y políticas públicas para acabar con la violencia contra las mujeres, pero advirtió de que “existe una distancia significativa entre la legislación y su aplicación”.

 

La CIDH difundió una declaración con motivo del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y añadió su preocupación por “la persistencia de la discriminación contra las mujeres en todos los ámbitos, incluyendo la política, la educación, el empleo y la salud”.

 

“El hogar continúa siendo un lugar peligroso para muchas mujeres de América, debido a las altas tasas de violencia doméstica existentes”, continúa el comunicado y añade que las mujeres víctimas de esta violencia afrontan obstáculos formidables en el acceso a la justicia.

 

La CIDH afirmó que la discriminación contra las mujeres continúa profundamente arraigada en las estructuras sociales de los países de la región. Además, describe una “interseccionalidad en la discriminación contra las mujeres, con base en la raza, la etnia y la pobreza”.

 

“La Comisión ha destacado que la ausencia de una respuesta eficaz por parte del Estado y la impunidad reinante en relación con la violencia y la discriminación propician su repetición”, concluye el comunicado. (EFE)