En los últimos años, la emisión de varios contaminantes en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM)  ha ido a la baja, principalmente en lo que concierne a los emitidos por los automóviles; sin embargo, las toneladas de emisiones por parte del sector industrial crecen cada año.

 

De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente local, el sector industrial aporta 21% de las emisiones de contaminantes en la CDMX (precursores de ozono y partículas), mientras que datos de los Inventarios de emisiones de la ZMVM revelan que las toneladas de contaminantes por parte de las industrias van al alza.

 

Por ejemplo, el inventario de 2002 menciona que, en ese entonces, el promedio anual de contaminantes PM 10 producidos por la industria era de cuatro mil 246 toneladas; para el inventario 2012 se incrementó a siete mil 491.

 

Esto significa que de 2002 a 2012 subió 43.3% las emisiones de contaminantes PM10, consideradas entre las más peligrosas para la salud, pues la exposición crónica a estas partículas agrava el riesgo de desarrollar cardiopatías y neumopatías, así como cáncer de pulmón.

 

Caso similar ocurre con las partículas PM 2.5: en 2002 tuvo un registro de 610 toneladas anuales; para 2012, cuando ocurrió la última actualización del inventario de emisiones, registró un promedio anual de mil 219 toneladas.

 

Las industrias tampoco han logrado disminuir las emisiones de Compuestos Orgánicos Volátiles, a los que se le atribuyen varios tipos de cáncer y que contribuyen a la formación de contaminantes secundarios, como el ozono. El inventario del año 2002 registró 71 mil 72 toneladas, mientras que el diagnóstico más reciente señala un promedio anual de 174 mil 698 toneladas anuales.

 

El documento Soluciones de Fondo para Mejorar la Calidad del Aire del Valle de México, elaborado por el Centro Mario Molina y dado a conocer la semana pasada, menciona que si bien es cierto que en las últimas décadas el cambio de usos de suelo en algunas partes de la ZMVM ha resultado en la reubicación de diversas industrias, aún hay delegaciones y municipios en los que las emisiones industriales representan una de las fuentes más importantes de contaminantes.

 

A lo anterior contribuye el hecho de que, en México, existe un rezago normativo y legal de más de 20 años en lo que respecta a los límites de emisión permisibles para diversos contaminantes relacionados con fuentes industriales, tanto de jurisdicción federal como local, incluyendo los compuestos orgánicos volátiles, los óxidos de nitrógeno y las partículas PM 2.5.

 

Enemigo invisible

 

Las partículas suspendidas representan el principal problema de salud pública de los contaminantes y sus efectos dependen de la concentración, composición química y tamaño. El riesgo es mayor a medida que se reduce el tamaño de la partícula.