Alabar lo de afuera mientras ignoramos o, peor aún, criticamos hacia el interior es una práctica común entre todos nosotros, y el futbol no es la excepción.

 

Repetimos con sobrada razón, por ejemplo, la consistencia de muchos equipos, mayormente cuando nuestra mirada se centra en el futbol de primer mundo, en ése donde habitan seres de otro planeta como Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Bayern Munich, Juventus y uno que otro de Inglaterra, aunque, a decir verdad, ninguno de los clubes de la Liga Premier ha logrado mantener un rendimiento constante.

 

Pero habríamos de mirar hacia adentro y podemos encontrarnos con casos que igualmente merecen el reconocimiento.

 

León, por ejemplo, una franquicia vieja de espíritu renovado y mejorado mediante el manejo de uno de los grupos más exitosos y emprendedores en el mundo entero: Grupo Pachuca, que entre sus modelos de negocio está el Club León, manejado con gran éxito por Jesús Martínez Murguía.

 

Más allá del bicampeonato, que podría marcar con letras de oro esta administración, habría que hablar de la manera en que se han manejado cada una de las áreas que requiere un club para trascender. Jesús Martínez ha logrado establecer un diálogo diferente, ha entendido la responsabilidad que conlleva su puesto y ha sabido delegar en gente capaz.

 

León es un duro competidor de presencia permanente en Liguilla.

 

La gestión de Ricardo Peláez en América tiene ya materia suficiente para ocupar un sitio de preferencia en la historia del club, ya que además de contabilizar títulos lo ha hecho con un sello muy particular, ése que él mismo logró transmitir cuando era jugador: un espíritu de lucha inagotable con una mentalidad a prueba de todo, sabedor que, si bien se puede ser superado técnica o tácticamente, encontraba elementos para pelear y sobresalir.

 

Habría que recordar la etapa en la que se encontraba el club cuando llegó Ricardo Peláez: un equipo sin rumbo, sin identidad y con interminable desfile de jugadores. Hoy es todo lo contrario: futbolistas con arraigo que, si bien no nacieron en el club, han obtenido plena identidad con el paso del tiempo.

 

Tigres completaría la terna: con gran presupuesto, sí, pero con resultados que mayormente justifican tales inversiones.

 

Ricardo Ferretti rompe cualquier molde en el futbol mexicano, y si bien ha tenido campañas irregulares, sus Liguillas suelen ser buenas.

 

Equipos que han sabido mantenerse en la alta competencia consistentemente, un privilegio de muy pocos y que hoy aún animan esta fiesta donde quedan sólo cuatro.