RIAD. Las autoridades saudíes decapitaron ayer a tres personas condenadas por asesinato y narcotráfico, lo que eleva a 88 las ejecuciones realizadas desde principios de 2015 y revela un gran aumento en la aplicación de estas sentencias respecto al año pasado.

 

Según un comunicado del Ministerio del Interior saudí, citado por la agencia oficial Spa, los tres ejecutados son de nacionalidad saudí.

 

Una de las decapitaciones tuvo lugar en la provincia de Asir (sur), por asesinato de un compatriota durante una riña, y las otras dos en Al Yuf (norte), por contrabando de anfetaminas.

 

El ultraconservador reino saudí defiende una interpretación extremista de la ley islámica y desde la llegada al trono de Salamn en enero han aumentado considerablemente el número de ejecuciones, la mayoría de ellas mediante decapitación por sable.

 

A falta de cifras oficiales y según los últimos datos de Human Rights Watch (HRW), en lo que va de año las autoridades saudíes ejecutaron a 85 personas, por lo que con estas tres nuevas decapitaciones ya serían 88.

 

Este número igualaría a todos los ejecutados en 2014, que HRW fija en 88.

 

En Arabia Saudí se condena a muerte a las personas encontradas culpables de asesinato, violación, narcotráfico, brujería y homosexualidad, y se imponen otros castigos como la lapidación o la amputación de miembros.

 

Irán, Arabia Saudí e Irak fueron los responsables del 90% de las ejecuciones en Oriente Medio y Estados Unidos es el único país del continente americano que llevó a cabo ejecuciones el pasado 2014.

 

Las otras fueron por delitos no letales: 42 por delitos de drogas, y las demás por secuestro, tortura, violación, y brujería y hechicería.

 

Este mes, el Ministerio de Servicio Civil saudí lanzó una oferta de trabajo para contratar a ocho verdugos, cuyas funciones serían ejecutar a sentenciados a muerte, principalmente decapitándoles con un sable, y realizar amputaciones a ladrones convictos.