La industria minera, pese a ser necesaria, tiene riesgos importantes para las comunidades donde se desarrolla, por lo cual es necesario que la población se organice y exija garantías de que las afectaciones ecológicas serán menores a los beneficios, aseguró Armando Sánchez, académico del área de sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana, durante el Primer Foro Inversión y Desarrollo Humano.

 

“Las experiencias de América Latina es que cuando la población está organizada, y sobre todo las empresas hacen partícipes a quienes van a ser afectados, no solamente como mano de obra barata, sino que haya un respeto por la cultura y tradiciones, se puede detener la voracidad”, aseveró el académico.

 

Sánchez dijo que lo más importante al analizar un proyecto minero es ver el impacto que va a tener, y no los beneficios para las empresas, pues si no se cae en casos como los de Xochicalco, Morelos, donde de no ser por la intervención de la sociedad civil organizada se hubiera puesto en riesgo el suministro de agua potable del estado.