Otra de mis grandes pasiones, además de la cocina, es la fotografía. Es impresionante como el tomar fotos hace que veas el mundo de otra manera, que observes y te fijes en los detalles que normalmente se pierden en lo cotidiano, en la rutina. He aprendido que, para ser buen fotógrafo, hay que ver muchas fotos, pero también tomar muchas fotos. El lugar en donde se ubica uno, la intención de lo que buscamos expresar, la previsualización de la imagen que buscamos captar, la continua observación para encontrar ese momento ideal, puede hacer toda la diferencia entre una buena foto y una gran foto…. para leer completa la columna de Ana Saldaña