En los últimos días hemos estado analizando el Brexit, las elecciones en España, los riesgos globales en los que quizá vale la pena comentar que las condiciones actuales de un menor crecimiento que vive la propia economía de Estados Unidos, así como el entorno internacional hacen difícil por el momento esperar un alza en las tasas de interés por parte de la Fed. Inclusive, las probabilidades de alza en el mercado para un aumento en la tasa de interés se ubican en 0% para julio y de 7.7% en diciembre.

 

Pero, ¿qué está sucediendo en la economía mexicana?

 

Actualmente tiene un crecimiento que ronda 2.6% anual al cierre del primer trimestre del año con una inflación al consumidor de 2.55% a la primera quincena de junio y una inflación al productor sin petróleo que alcanzó niveles anuales de 5.0%. Rubros como el transporte aéreo, la gasolina, servicios turísticos, vivienda, restaurantes, mobiliario, bebidas y vestido, entre otros, son los que pudieran tener un riesgo de traspaso de precios hacia el consumidor final junto con alimentos de acuerdo a su ciclo y cosecha. Ésa es la preocupación que manifiesta el Banxico.

 

El consumo interno mantiene un desempeño positivo apoyado por la creación de empleos, financiamiento bancario y remesas familiares. Pero, ¿hasta cuándo seguirá a un buen ritmo?

 

La producción industrial crece en abril a tasas anuales de 1.9%, pero lleva tres meses con variaciones mensuales negativas afectadas por la contracción en la producción industrial que presenta la economía de Estados Unidos. Por ello, nuestro motor externo está debilitado por el momento.

 

La actividad comercial se ha visto afectada por la debilidad internacional. Los resultados de mayo fueron más negativos tanto en las exportaciones como en las importaciones. Con Estados Unidos nuestro intercambio comercial alcanza 83% de enero a mayo de 2016 y el sector automotriz representa casi 28%, un mercado que ha desacelerado en la parte internacional.

 

Las calificadoras consideran que México enfrenta choques externos relevantes y serán los ajustes fiscales y un nivel de endeudamiento acotado los que ayuden a pasar estos tiempos difíciles. Sin embargo, esperan conocer más detalles ligados a la reestructura de Pemex, uno de los focos críticos para el gobierno federal.

 

En días pasados con el resultado del Brexit, el Gobierno federal, a través de la SHCP, dio a conocer un segundo recorte por 31 mil 715 millones, en donde 29 mil millones están dirigidos al gasto corriente.

 

Ahora le toca al Banxico, mañana, decidir sobre la política monetaria. Además del riesgo de traspaso de precios originados por la depreciación del tipo de cambio en el año de alrededor de 10% y en el acumulado desde mediados de 2014 hasta la fecha de más de 45%, la preocupación sobre la tenencia de extranjeros en los mercados financieros pudiera llevarlo a incrementar la tasa de interés, pero también habrá que estar al pendiente de ver si considera otras acciones que ayuden a mitigar el movimiento del peso dentro del entorno global.