Foto: Notimex  

Desde hace cinco lustros, Luis del Hoyo pone a la disposición de turistas nacionales y extranjeros una gran variedad de dulces típicos de México, originarios de casi todos los estados, gracias a su lucha por rescatar este delicioso arte culinario de cada rincón del país.

 

En entrevista con Notimex, el propietario de “Nuestros Dulces”, dio a conocer que tiene a la venta una variedad de más de 600 etiquetas de dulces de pueblo, en su mayoría los hacen familias que han conservado las recetas tradicionales desde la cultura prehispánica y con una mezcla de las variantes adquiridas con la conquista española.

 

Explicó que su inquietud por rescatar el colorido y sabor del dulce ancestral mexicano viene desde su infancia, luego de que su abuela de origen zacatecano dedicó su vida a la creación y producción de este delicioso producto, también con recetas que habían pasado de generación en generación.

 

“Yo le ayudaba a hacerlos, a mi abuela le encantaba crear nuevos dulces y los vendíamos a gente conocida de Jerez, Zacatecas”, recordó Luis del Hoyo, quien tiene a la venta rompope realizado de forma artesanal con la receta típica de la abuelita.

 

Destacó que tras darse cuenta que en México no existía una tienda que vendiera exclusivamente dulces mexicanos, decidió instalar este comercio en el corazón de Tlaquepaque para ofrecer solamente productos del país.

 

“Somos la primer tienda establecida que vende únicamente dulces mexicanos, 100 por ciento del país, empezamos con el rompope y ahora tenemos una variedad de más de 600 dulces, de todos los rincones de Jalisco y de más de 20 estados de México”, apuntó.

 

Del Hoyo reiteró que en su negocio no se vende nada del extranjero, ya que el objetivo es rescatar el sabor y la tradición mexicana. “Mi esposa y yo empezamos a viajar a todos los rincones para encontrar los dulces más típicos y no sólo eso, sino los más raros también”, comentó.

 

Es así como se puede apreciar un importante surtido de guayabates, mazapanes, alfajor de coco, borrachitos, mermeladas, alegrías, glorias, de limón cristalizado, jamoncillos, ates, pepitorias, melcochas, trompadas y pinole, que es un producto meramente prehispánico.

 

Señaló que el dulce mexicano tiene su origen prehispánico, pero con la llegada de los españoles, quienes trajeron la abeja europea, se fusionaron muchas de las recetas, que dieron origen a una gran variedad de este delicioso alimento.

 

Aseguró que su lucha por rescatar y vender el dulce mexicano no acaba, por lo que continua viajando, municipio por municipio, para descubrir nuevas variedades.

 

“Por ejemplo -citó-, tenemos dulces que se comían hace 60 u 80 años, que se hacían en las casas, ahora los turistas pueden adquirirlos aquí”.

 

 

OR