El nuevo portal de noticias www.Nacion321.com, del diario El Financiero, se presentó en sociedad con un interesante estudio sobre el voto millennial en nuestro país –http://bit.ly/2f6SOkK-. Realizado por el encuestador Alejandro Moreno, el ejercicio recaba información valiosa sobre este pedazo del pastel demográfico en el campo de la política: cómo la ven, qué esperan de ella, lo que les gustaría ver en un político, así como su intención de voto de cara a la presidencial en 2018.

 

Si bien no hay un consenso absoluto sobre los años que comprende esta generación, el estudio define a los millennials como “jóvenes nacidos entre 1980 y el 2000”, que equivalen al “41 % de los electores”. En este artículo no se ahondará en si la categoría millennial, como se usa en México y en el resto del mundo, es reduccionista en su forzado intento de aglutinar la diversidad social bajo una etiqueta mercadológica –tal simplismo merece sus propios párrafos y complejidad-.

 

En su intención de voto por partidos para el 2018, 22 % de los millennials apuestan por el PAN, 11 % por MORENA, 7 % por el PRI, el mismo porcentaje por un “independiente”, y 4 % por el PRD. Llama la atención el sentimiento antipolítico con respecto a la misma pregunta: aun teniendo la opción de candidatos sin partido, 17 % piensa que “ninguno” merece su voto. No sobra decir que, para efectos de aumentar la confianza general en la política y los políticos, debemos entender mejor esta porción que no se siente representada por nuestro sistema electoral: ¿qué ideas tienen?, ¿qué quieren para México?, ¿en qué instituciones confían?, ¿por qué se arrinconan?

 

Al 31 % de la muestra “les late” Margarita Zavala y al 30 %, el presidente de MORENA, Andrés Manuel López Obrador. Tanto el presidente del PAN, Ricardo Anaya, como el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, se llevan el 19 % de los latidos. En quinto lugar, el priista encargado de la política interior del país, Miguel Ángel Osorio Chong, cuenta con 14 % de las preferencias. Resaltan dos aspectos: el que más negativos genera entre los millennials es López Obrador, y la opción menos ortodoxa en el mapa, el gobernador neoleonés “El Bronco”, reúne solo 11 % de las adhesiones de un segmento que rechaza lo que se entiende como “política tradicional”.

 

Las tres cualidades más importantes que buscan en un candidato presidencial son “honradez”, con 30 %, “dar resultados”, también con el 30 %, y el 20 % piensa que lo más deseable es que esté bien preparado. Con respecto a los mensajes, el 31 % de la muestra quiere escuchar sobre la generación de empleos, el 22 % quiere propuestas en materia de seguridad, y el 17 % piensa que combatir la ancestral desigualdad mexicana debe ser la prioridad en el mensaje de un candidato.

 

Es importante, por preocupante, mencionar que un pragmatismo que raya en lo antidemocrático ronda la conciencia de muchos millennials: si bien el 57 % prefiere un gobernante “íntegro y transparente aunque no se noten resultados”, el 36 % prefiere darle el poder a un individuo que “da buenos resultados pero se sospecha de deshonesto”. Asimismo, el 36 % espera que este fuese “tolerante y respetuoso de los derechos”, pero un 61 % quiere a alguien “con mano dura para dar orden y rumbo al país”.

 

Tal parece que el millennial mexicano es una mezcla del pasado reciente y de sus propias expectativas de futuro: éste se debate entre rasgos autoritarios e ideas democráticas, como la noción de participar activamente para lograr cambios comunitarios –un 79 %-. Si bien para el 58 % la política es poco o nada relevante, y el 50 % cree que ésta oprime a la sociedad, la esperanza de un progresivo viraje mayoritario hacia los valores de la democracia liberal está bastante viva. Solo no olvidemos una distinción fundamental: las instituciones no son de quien las encabeza. Son nuestras, y por ende, debemos cuidarlas. Atacarlas no equivale a criticar gobernantes.

 

@AlonsoTamez