El gran ausente en Colosio: El asesinato, es el suspenso. Y es que, más allá de lo que la mercadotecnia les quiera hacer creer, esta cinta no contiene revelaciones extraordinarias, al contrario, el guión (basado en un original del periodista Carlos Puig) no corre riesgo alguno y se suma a la teoría que todo el vox populi ha dado como válida desde la muerte del candidato: hubo un complot para asesinar a Colosio.

 

Es tal la mesura, que el director y también co-guionista, Carlos Bolado, toma las precauciones necesarias para jamás mencionar a nadie por su nombre (lo cual amerita un debate: ¿acaso es un delito mencionar por nombre a personajes reales en películas de ficción?). Así, el espectador tiene que adivinar que aquel siniestro personaje calvo y de lentes es en realidad Córdova Montoya, aquel licenciado bigotón al que le hacen cierto encarguito es Francisco Ruiz Massieu, ese otro que empieza a tirar verdades desde su obscura oficina es Fernando Gutiérrez Barrios, y así por el estilo.

 

Ambientada en 1994, la cinta inicia justo el día del asesinato de Colosio. Andrés (curiosa elección del nombre) es un incólume policía investigador que vive con su esposa Verónica (Kate del Castillo) y su pequeño hijo. Luego de ocurrido el magnicidio en Lomas Taurinas, Andrés (José María Yazpik) recibe una llamada de su antiguo jefe, un político que le asignará una misión especial: llevar a cabo una investigación alterna al caso Colosio. Obvio, en el camino a la verdad, Andrés encontrará muchos obstáculos, amen de poner en riesgo la vida de su esposa e hijo.

 

Se trata de un thriller político y policiaco apenas funcional al que se le notan las prisas por estrenar en tiempo electoral (la cinta inició rodaje en diciembre pasado), pero que sabe ir de menos a más. El inicio es más bien parco, las actuaciones en su mayoría resultan acartonadas (Yazpik, en su papel de héroe de la cinta, jamás logra hacer que nos interese su destino dentro del entramado), pero es la lógica de la investigación y la forma de narrarla (imposible no recordar aquí al JFK de Oliver Stone) lo que hace que esta cinta sea disfrutable.

 

Así, con saltos constantes en el tiempo y espacio narrativos, recreaciones de lo ocurrido en Tijuana, personajes que entran y salen sembrando dudas, se llega al climático final donde si bien la resolución no sorprende a nadie, si se torna en una escena por demás emocionante que va acompañada de un mensaje que no da cabida a la esperanza.

 

El cliché y la sobre-actuación son la regla en esta película, pero aún dentro de ese juego, Daniel Giménez Cacho se roba el numerito al interpretar a la mano derecha de Salinas, un Córdoba Montoya que seguramente no responde a las características del personaje real, pero si a las exigencias del imaginario colectivo (rector indiscutible en el guion de esta cinta): un ser obscuro, tétrico, maquiavélico al que sólo le falta reír de forma macabra.

 

Por momentos más cercana a un videohome, habría que reconocer el retrato despiadado que esta cinta hace del priísmo; nadie se salva: todos son una bola de pillos sin escrúpulos; aunque, curiosamente, el villano favorito en la historia reciente de México, Carlos Salinas, aparece si acaso sólo un par de segundos. Por algo será.

 

 

Colosio: El asesinato (Dir. Carlos Bolado, 2012)

3 de 5 estrellas.

Guión: Carlos Bolado, Hugo Rodríguez, Miguel Necoechea.

Con: José María Yazpik, Kate del Castillo, Daniel Giménez Cacho, entre otros.

 

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